CHAPARRI: UN FABULOSO PARAÍSO SILVESTRE


Reserva Ecológica de Chaparrí en Chongoyape:

En el departamento de Lambayeque, se encuentra ubicada la Reserva Ecológica de Chaparrí, un área de conservación que tiene como objetivo principal el preservar y proteger los bosques secos de la zona y su rica biodiversidad.


Fue creada en el año 2001, bajo la Resolución Ministerial 1324-2001-AG, y fue bautizada como tal por el magnífico cerro Chaparrí que se halla cerca al lugar.Chaparri es una área de conservación privada de 34,412 hectareas que pertenece y es administrada por una comunidad campesina y esta ubicada en los bosques secos del norte del Peru.

La reserva debe su nombre a la espectacular montaña llama Cerro Chaparrí que domina el paisaje.

Según los historiadores, el cerro Chaparrí, en la antigüedad, fue el centro de adoración de la cultura Mochica, y en la actualidad, aún lo sigue siendo pero para los curanderos o chamanes del lugar.

La Reserva Ecológica de Chaparrí es la primera Área de Conservación Privada (ACP) reconocida en el Perú, la cual cuenta no solo con una belleza gráfica insuperable, sino que también, con una gran riqueza tanto en flora como en fauna.

Aquí, los animales silvestres como el oso de anteojos, el oso andino, el cóndor, la pava aliblanca, el zorro costeño, el guanaco y el pitajo, son los que se roban la atención y admiración de todos los visitantes.





Cabe recalcar que, esta área de conservación se encuentra a cargo de la comunidad, por lo que las visitas solo pueden realizarse adquiriendo los servicios de un guía local, el cual debe ser reservado con anticipación. La antelación se debe a que la Reserva Ecológica de Chaparrí solo recibe hasta 30 turistas por día.

Para recorrer la Reserva Ecológica de Chaparrí es recomendable usar ropa ligera, zapatillas cómodas, lentes de sol y gorro. Asimismo, es necesario contar con protector solar, repelente y una botella de agua para hidratarse durante el camino.

CHAPARRI EN PELIGRO
Cerca de 3,000 hectáreas han sido depredadas para realizar cultivos o ampliaciones urbanas. Tras reducir su hábitat, aumenta el riesgo para especies en peligro de extinción.

En el 2001 la vida de Pedro Cáceres cambió por completo. No solo fue la de él, sino también la de cada comunero que habitaba en uno de los 24 caseríos que rodean la Reserva Ecológica de Chaparrí.

Mientras los comuneros talaban árboles de zapote para elaborar artesanía, Pedro Cáceres era conocido como el mejor cazador de venados y osos de la zona.
Hace 17 años la asamblea de la Comunidad Campesina Santa Catalina de Chongoyape decidió –por unanimidad– proteger el bosque seco y todas las especies que habitan en su interior. Es así que el Inrena (hoy Sernanp) reconoció un año después a Chaparrí como Área de Conservación Privada (ACP).

Pedro Cáceres pasó de cazador a ser guarda parque y guía en la reserva. Sin embargo, ahora no puede protegerlo. El peligro en Chaparrí todavía no ha pasado.

El Frente de Defensa Salvemos Chaparrí ha comprobado que se han invadido cerca de 3000 hectáreas del área protegida para talar los árboles y convertir el bosque en área de cultivo o en zonas de ampliación urbana.

El riesgo en Chaparrí no es para los pobladores, sino para las más de 280 especies de aves y animales que ven recortado su hábitat. Entre las cuales se encuentra flora y fauna en peligro de extinción, como el oso de anteojo, la pava aliblanca y el algarrobo.

“A nivel global los peligros más grandes para la fauna en vías de extinción son la cacería y el cambio de uso del suelo. Es decir, cuando destruyen los bosques para hacer ampliaciones urbanas, agricultura o minería. Esto los acerca más a la extinción”, explica Javier Ruiz Gutiérrez, representante del Frente de Defensa.

Mafia de terrenos

La fotografía que envuelve este texto fue tomada en Pampas Yaipón, un espacio ubicado en el tercer sector del área de conservación. Antes era un bosque con cuatro hectáreas de árboles de algarrobo, faique y zapote. Ahora es solo tierra.
En esta zona, el 26 de mayo, los hermanos Juan y Heinz Plengefueron agredidos por los invasores cuando realizaban una inspección acompañados de funcionarios del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).

La semana pasada, una comisión conformada por representantes del Serfor, del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernanp) y la congresista María Elena Foronda constataron que maquinaria pesada había ingresado a la reserva para talar los árboles y cambiar el uso de suelo.

“Existen claros indicios de la presencia de mafias dedicadas al tráfico de tierras. Aquí se han talado árboles e invadido terrenos protegidos por el Estado”, manifestó la parlamentaria que preside la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología en el Congreso de la República.

En esta última visita los funcionarios del Sernanp comprobaron que las zonas afectadas pertenecen al área de conservación de Chaparrí.
Tal es el caso de las 3.5 hectáreas que ocupa el agricultor Javier Cruzado Carranza. Los documentos que mostró Cruzado indican que pagó S/ 3500 por la transferencia del terreno de la comunera Rosa Amelia Fernández Mundaca.
El campesino aseguró que lleva viviendo doce años en la zona; sin embargo, el certificado de posesión que realizó en el 2º Juzgado de Paz Letrado de Chongoyape tiene como fecha el 2015.

En busca de ayuda

Adermás, los bosques han sido reemplazados por cultivos de arroz, tomate y repollo. Este hecho, según explicaron los funcionarios del Serfor, no está permitido en un área natural protegida. Al respecto, el responsable técnico del Serfor en Lambayeque, Rafael Velázquez Campos, indicó que el proceso sancionador contra los invasores ha iniciado.

Luego de 17 años los comuneros pasaron de depredar a regenerar el bosque seco, pero ahora necesitan ayuda para protegerlo

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