El destino de quien Barack
Obama calificaba hace una década como "el hombre" había quedado en
manos de la corte suprema, después de que un tribunal de apelación le condenara
a más de 12 años de cárcel por recibir un apartamento de lujo de una
constructora involucrada en el escándalo de sobornos en Petrobras.
Solo el Supremo
tribunal Federal (STF) podía darle tiempo extra a Lula,
que hace un mes reconocía a AFP que la idea de ir a la cárcel pasaba
"todos los días" por su cabeza. Pero este miércoles esa instancia
rechazó el habeas corpus solicitado por su defensa.
"Yo
no robé. Quiero pelear con el Ministerio Público. Quiero defender mi honra. No
voy a permitir que una banda de jóvenes me llame ladrón",
lanzó entonces, al referirse a los fiscales y jueces de la Operación Lava Jato
sobre la red de corrupción centrada en la petrolera estatal.
Brasil empieza a medir el impacto de tener a Lula a las puertas de la cárcel #AFP https://t.co/SASsnHOdCN pic.twitter.com/j1jcFRB2ua— Agence France-Presse (@AFPespanol) 5 de abril de 2018
Lula,
que gobernó la mayor economía latinoamericana de 2003 a 2010, se
considera víctima de un "pacto diabólico" de las
élites para impedir que gane las elecciones de octubre, en la cuales es
favorito, con más de un tercio de intenciones de voto.
Esta guerra empezó en marzo
de 2016, con la policía despertándolo al alba para llevarle a declarar. Ya no
hubo vuelta atrás en la escalada.
En julio de 2017, el juez de
primera instancia Sergio Moro lo condenó a casi diez años de
cárcel. La pena fue aumentada en enero a 12 años y un mes por una corte de
apelación.
Con otros seis procesos abiertos,
la confrontación ha resucitado al combativo líder sindical que no paró hasta
saltar de la fábrica al palacio de Planalto; pero los escándalos y la crisis
han oxidado aquel histórico 87% de popularidad con el que dejó la presidencia
en 2010.
Estrella de rock
De niño, Lula conoció lo más
dramático de la pobreza del árido nordeste, su región natal.
Séptimo hijo de un
matrimonio analfabeto, fue abandonado por su padre antes de que la familia
emigrara a la industrial Sao Paulo como millones de coterráneos.
Fue
vendedor ambulante y lustrabotas, a los 15 años inició su formación de tornero,
perdió un meñique en una máquina y al final de la década de 1970 lideró una
histórica huelga que desafió a la dictadura militar (1964-85).
Brasilia, sin embargo, se
hizo esperar y fue derrotado en tres ocasiones como candidato presidencial del Partido
de los Trabajadores (PT), que cofundó en 1980.
El político al que la
revista Foreign Policy calificaría luego como una "estrella del rock de la
escena internacional" alcanzó finalmente la presidencia en 2003.
Corte suprema de Brasil da luz verde a encarcelamiento de Lula #AFP https://t.co/hPUFssxG2Q pic.twitter.com/GFJrNkCQI7— AFP TV LATINOAMÉRICA (@AFPTV_LATAM) 5 de abril de 2018
Durante su gestión, empujada
por el viento a favor de la economía mundial, 30 millones de brasileños
salieron de la pobreza.
Y coronó su doble mandato
consiguiendo la sede del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos de Rio-2016.
Sin límites
En aquellos años de gloria
muchos ven la raíz de los problemas que le han llevado a las puertas de la
cárcel. Así lo cree por ejemplo Antonio Palocci, que fue su ministro de
Hacienda y uno de los hombres fuertes del PT, ahora preso por corrupción y
dispuesto a negociar una "delación premiada" contra su exjefe.
"[Lula] se disoció
definitivamente del niño pobre para navegar en el terreno pantanoso del éxito
sin crítica (...), del poder sin límites", escribió.
Juntos habían sobrevivido al
escándalo del 'mensalao' de 2005, una millonaria contabilidad ilegal para
comprar el apoyo de congresistas, tras el que Lula descabezó la dirección del
partido.
Él logró mantenerse al
margen, fue reelegido en 2006 y en 2010 consiguió la victoria de Dilma
Rousseff (destituida en 2016 por el Congreso).
Poco después, le
diagnosticaron un cáncer de laringe que superó, aunque dejó huella en la voz rasgada
con la que ahora clama que seguirá luchando para regresar y restituir el honor
de su esposa, Marisa Leticia, incluida en varias de sus causas judiciales hasta
su repentina muerte hace un año.
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