EL CHONGO DE LA ONPE Y SUS FANTASMAS

  • ES MAS SINIESTRO DE LO QUE SE PENSABA

Partido de José Luna –Podemos Perú– se inscribió con apenas tres firmas sobre la valla legal en la ONPE. Su personero fue operador montesinista.

Actas del Escándalo
(Caretas) En julio de 2017 ingresa este señor y las cosas empiezan a cambiar así, abruptamente”.
La abogada Susana Guerrero tiene 15 años de experiencia en el sector público. Hace año y medio trabaja en la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Primero fue asesora de la secretaría general y desde abril del año pasado, gerente de asesoría jurídica.
“Este señor” es Fernando Obregón Mansilla, gerente de gestión electoral encargado, que ingresó a la institución como asesor del jefe de la ONPE, Adolfo Castillo Meza.


“Obregón le pide a Castillo esa gerencia estratégicamente, porque es la que se encarga de organizar prácticamente todo el proceso electoral. Y entra como encargado porque recuerde que como titular es apenas un asesor. Es el Vladimiro Montesinos de la ONPE y concentra todo el poder”.
Guerrero ofreció declaraciones al programa Cuarto Poder en donde denunció un trato preferencial para inscribir al partido Podemos Perú, del excongresista y magnate propietario de la Universidad Telesup, José Luna. Su partido ha presentado al exministro Daniel Urresti, procesado por el crimen del periodista de CARETAS Hugo Bustíos, como su candidato a la alcaldía de Lima.
Luna fue lugarteniente y financista de Luis Castañeda en Solidaridad Nacional. Fue acusado de congresista tránsfuga en el 2000, pero lo absolvieron en el juicio posterior. Dijo cobrar S/ 1 de su sueldo de parlamentario. Las exoneraciones tributarias otorgadas a las universidades lo convirtieron en millonario.
CARETAS venía siguiendo una línea de investigación sobre irregularidades en la ONPE y para confirmarlas se puso en contacto con Guerrero. La historia es mucho más grave de lo conocido hasta ahora, más aún en momentos en que se inicia la coyuntura electoral donde el organismo debe velar por la transparencia de todo el proceso. La abogada ya presentó una detallada denuncia a la Fiscalía de Corrupción de Funcionarios.


EL ASESOR OBREGÓN
En diciembre del 2016, el Consejo Nacional de la Magistratura no ratificó a Mariano Cucho para un segundo período al frente de la entidad que despertó elogios internacionales al llevar a cabo sin cuestionamientos la elección por la Presidencia de la República que se definió por 41,507 votos de diferencia.
Los argumentos del CNM fueron dudosos. Una de las razones fueron los supuestos reveses en la implementación del voto electrónico. “Las elecciones del 2018 están a la vuelta de la esquina y es justo preguntar si es pertinente cambiar al equipo en este punto”.
Dos meses más tarde se anunció al físico Castillo, sin experiencia previa en temas electorales, como su sucesor. Hubo cuestionamientos porque no tuvo un buen resultado en la prueba escrita, pero se supone que remontó en la exposición y entrevista. Formado en Rusia, fue jefe de informática de la Universidad Cayetano Heredia y ese fue su activo. Avanzar en el famoso voto electrónico.
Especialistas como Fernando Tuesta y Gerardo Távara le recomendaron reforzar su gestión con un buen equipo. Pero llevó a Obregón, cuyo anterior empleo había sido ser jefe de prensa de Pedro Cotillo, el exrector de la Universidad de San Marcos que se declaró en escandalosa rebeldía contra la nueva ley universitaria y la implementación de la SUNEDU. Cuando el alumnado tomó el campus para permitir la realización de elecciones de nuevas autoridades, dice Guerrero, “el personal de la ONPE me contó que les apagó la luz”. En enero de 2016, Obregón hizo noticia por denunciar a los opositores a Cotillo, por entonces ilegalmente en el cargo, como “pro Movadef y senderistas”.


Guerrero advierte que “la ONPE está en riesgo. Detrás de todo esto están los operadores montesinistas del año 2000. La información que tengo es que José Cavassa lleva a Obregón. Es un delincuente”.
Cavassa es el otrora poderoso gerente de gestión electoral del ONPE fujimorista, procesado por el caso de las firmas falsas para la re-reelección de Alberto Fujimori, que hoy trabaja con José Luna. En abril último la Fiscalía pidió 30 años de cárcel contra él y otros involucrados en el caso la “Centralita”, que tiene de protagonista principal al exgobernador de Áncash, César Álvarez.
Luis Navarrete, personero legal de Podemos Perú, fue también procesado en el caso de las firmas falsas, controversialmente archivado en el 2009. Ambos fueron señalados como cómplices de José Portillo, exjefe de la ONPE y recordado por la frase “papelito manda”. Portillo era otro informático proponente del voto electrónico al que Montesinos le pasó todas las trapacerías por la huacha.  
Los cambios operados por Obregón, continúa Guerrero, comenzaron por las gerencias claves. De gerente general puso a Alfredo Mora Ito, coronel EP ( r ) que se desempeñaba como jefe de seguridad de la institución. A Ricardo Pajuelo lo puso en Atención al Ciudadano y luego al frente de la Secretaría General. Se sucedieron tres gerentes de administración y el actual es Nelson Reyna Vásquez.


CRONOLOGÍA DE PODEMOS
El caso del partido de Luna comienza con una disputa por el nombre.
La personera legal Sandra Maritza Salas Rodríguez compró el kit electoral y le informaron que a otra persona se le vendió un kit con el mismo nombre. La otra parte presentó un escrito supuestamente firmado por Salas en la que desistía el uso del nombre. Esta adujo la falsificación de su firma. En agosto de 2017, Salas presenta la queja a la ONPE y Guerrero recomienda que se haga un peritaje. El 16 de ese mes “recibo una llamada de Obregón que me dice saca la resolución de nulidad sin notificación. Tienes dos horas. Le dice que no responde ante él y le cuelga el teléfono. “Me declaró la guerra”.
Luna gana esa etapa y se pasa a la de admisión de las firmas de adherentes, que deben ser mínimo 733,716 (4% del padrón de la segunda vuelta del 2016). Uno de los requisitos es que las listas no tengan espacios en blanco. “El propósito es resguardar que las firmas ingresaron en números exactos”, explica Guerrero, quien halló que la subgerencia de atención al ciudadano encontró 400 hojas con espacios en blanco  pero no  inició acciones. Por esa razón le devolvieron firmas tres veces al Partido Morado de Julio Guzmán. Este año, a los partidos Triunfa Perú y Unidad y Defensa del Pueblo Peruano les pasó lo mismo. “Aquí se hicieron de la vista gorda”.
Guerrero denuncia la situación al jefe de la ONPE. Encuentran 40 firmas falsas y trasladan el caso al Ministerio Público. Pero funcionarios de gestión electoral le dijeron a Guerrero “que se pasaban firmas falsas a granel” y en secretaría general le confirmaron que Cavassa y Navarrete presionaban para agilizar el trámite.


Al partido de Luna le aprueban un primer lote de 691,364 firmas entregado en septiembre. En diciembre presentan un segundo lote de 42,355 y “vuelven a incurrir en los espacios en blanco”.
 Ahí la ONPE sí aplica el reglamento y devuelve las firmas al JNE para su subsanación. Entonces Pajuelo le permite a Navarrete entregar las subsanaciones fuera de horario, a las 6:30 pm, y con acta escrita de puño y letra del exfujimorista. Por esto se destituyó a Pajuelo. El único que ha salido de la institución en este caso.


En enero último, el partido de Luna quedó inscrito con 733,719 firmas. Apenas tres más de las requeridas legalmente.
“La ONPE resurgió de lo más hondo”, se indigna Guerrero. “Es una institución que sostiene el sistema democrático. He ido hasta el último pueblito de Huánuco con funcionarios comprometidos, llenos de mística y compromiso. Pero hoy la ONPE está en riesgo. Un proceso electoral debe estar en manos de gente honesta”.

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