Varios
básicos avalados por la ciencia son clave en la alimentación de las mujeres que
más se cuidan en el mundo
(Hola) No son pocos los ámbitos de la vida en los que todo sucede antes 'al otro lado
del charco'. También en el mundo de la belleza. Técnicas estéticas novedosas,
maquillajes de tendencia… Hollywood suele dictar sentencia y el resto del mundo
imita muchos de esos dictados. Pero, si nos fijamos en la dieta, en el resto del mundo también tenemos mucho que decir. De hecho,
podríamos afirmar que hay bastantes aspectos relacionados con la alimentación
en Europa que ya han copiado también al otro lado del Atlántico. Y es que aquí
se encuentran algunas de las dietas mejor
valoradas por los nutricionistas de todo el mundo.
El oro líquido de la
dieta mediterránea
Un ejemplo claro es la dieta
mediterránea, uno de los planes alimenticios más alabados del mundo. Y España es, no hay duda, una de las grandes abanderadas
de esta alimentación. Se basa en reducir el consumo de carne roja,
hidratos de carbono y azúcares. Mientras, los productos lácteos y
el vino también habrían de tomarse con moderación, aunque no se
elimina ninguno de ellos. Y se fomenta, además, el consumo de verduras
(preferiblemente de temporada), legumbres, frutas, pescado, cereales
integrales, frutos secos y, sobre todo, aceite de oliva virgen extra, su piedra
angular. Auténtico oro líquido, suma una enorme lista de propiedades
saludables: controla el colesterol, mejora la circulación, fortalece el sistema
inmunológico, protege las células cerebrales...
No es de extrañar que sea el ingrediente
"mágico" de la dieta más avalada por la Universidad de Harvard.
La paradoja francesa
Francia forma parte también de esos países mediterráneos,
y allí nos encontramos con uno de los menores porcentajes de obesidad del
mundo, pese a que disfrutan ¡y mucho! comiendo. Es lo que se ha dado en llamar
la paradoja francesa, y es que, a pesar de comer de todo, tienen, además,
uno de los menores riesgos cardiovasculares del mundo. El secreto es seguir una alimentación basada en los
productos tradicionales y artesanos. Y sí, comen
de todo, sí, pero con moderación, teniendo muy en cuenta las cantidades para no
sobrepasarse. De hecho, el vino, por ejemplo está muy en las mesas
del país galo, pero no se exceden. Además, como en casi toda Europa, cenan
pronto e intentan no picar entre horas. Y optan por las alternativas más sanas,
dejando de lado los alimentos procesados. Según un estudio llevado a cabo por
el British Journal of
Nutrition, tan sólo el 29% de los franceses consume comida
precocinada con cierta frecuencia. Una buena lección.
El auge de la dieta
nórdica
Pero hay más costumbres relacionadas con la
alimentación en Europa que se merecen una mención positiva. Así, la dieta
nórdica se encuentra también entre las más valoradas. Al igual que sucede con la mediterránea, ayuda a reducir
en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. De
hecho, ambas son, en realidad, muy similares. Recomiendan un consumo
elevado de frutas y verduras, cereales, legumbres son esenciales o pescado; se
prefieren las comidas caseras y los alimentos demasiado procesados o azucarados
no tienen demasiada aceptación. ¿La principal diferencia? Quizá es el tipo
de aceite que una y otra utilizan para elaborar sus recetas. Mientras,
como apuntábamos, el de oliva es básico en la dieta mediterránea, el de canola
predomina en la cocina nórdica. Ambos nos proporcionan grasas monoinsaturadas
que son beneficiosas para la salud, un motivo por el que la mayor parte de los
nutricionistas los equiparan, aunque si muchos tienen que elegir prefieren
recomendar el de oliva.
"Parte de la fiebre actual por la dieta nórdica radica en
que en estos países (Suecia, Dinamarca, Islandia, Noruega o
Finlandia) los índices de obesidad son bastante menores que en el resto
del mundo. Esto ha disparado su popularidad y el interés por ahondar en lo
que comen", nos contaba Leticia Carrera, de los Centros Médico Estéticos
Felicidad Carrera. ¿Y cuál es su producto estrella? El pescado azul es la base
de esta dieta, el alimento protagonista debido a su tradición en la gastronomía
escandinava. Destaca su gran aporte de vitaminas y ácidos Omega 3 y Omega 6,
que ayudan a prevenir problemas cardiovasculares, a regular los niveles de
colesterol y a retrasar el envejecimiento, por su alto poder antioxidante. El
salmón es el más afamado de la zona (un alimento que se ha convertido en uno de
los favoritos de las modelos en Estados Unidos), pero también son grandes
consumidores de arenques, trucha, caballa y de atún, además de crustáceos,
otro grupo de alimentos que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Y otra característica que deberían copiar es la apuesta de los nórdicos por la
comida orgánica y los cultivos de proximidad.
Pasta 'al dente' y
salsas saludables
¿Y qué decir de otra de las comidas más deseadas del
mundo? La italiana es una de las preferidas a lo largo y ancho del planeta, y
hace de la pasta su principal seña de identidad. Eso sí, ha de ser
cocinada al dente, es
decir, suficientemente cocida para masticarla bien, pero ligeramente dura.
No es solo una cuestión de gustos. Esta
forma de preparar la pasta consigue que el índice glucémico de sus
carbohidratos se mantenga más bajo que si estuviera muy
cocida y más blanda, lo que beneficia tanto a la salud en general como a
la línea. Y no hay que bajar la guardia con las salsas que acompañan un
delicioso plato de espaguetis o macarrones, pues es ahí donde nos
encontramos la verdadera culpable de un exceso de calorías. Hay opciones
saludables, que tienen que ser, sobre todo, caseras: la vinagreta clásica con
aceite de oliva o su versión con limón -que en Estados Unidos
llaman 'aliño italiano'-, así como el pesto casero o la salsa de
tomate natural son algunas de ellas.
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