El proyecto contempla que se construya un embalse dentro del
cauce del Rio La Leche, para almacenar agua en un aprox.70 millones de metros
cúbicos (MMC); con el objeto de regular la distribución del recurso hídrico
para el riego, y con fines de prevención de desastres, mediante el laminado el
flujo de agua en la taza de almacenamiento, especialmente ante la presencia del
Fenómeno El Niño (FEN).
El Río La Leche, nace de la confluencia del rio Moyan
(Incawasi) y del rio Sangana (Miracosta-Chota) y el embalse La Calzada, está
proyectada aguas abajo, a la altura del caserío del mismo nombre, a 74 Km de la
ciudad de Chiclayo.
El problema principal que genera el rio, es su reiterado
desborde e inundaciones que se produce, especialmente ante eventos
extraordinarios, como el FEN y el Niño Costero, quienes reportaron avenidas
máximas de 1,100 m3/seg y 400 m3/seg, respectivamente, debido a la excesiva
colmatación de sedimentos en su lecho, producto de su transporte por arrastre y
en suspensión, desde la parte alta hasta la baja del río. Causa principal que
se agrava por los barrajes existentes (retenciones transversales en el cauce)
de las bocatomas: “Huaca de la Cruz” y “San Isidro”. Situación problemática que
disminuye la capacidad hidráulica del cauce, produciéndose la erosión y el
desborde del agua por las riberas y por ende la inundación de las unidades
productoras de bienes y servicios (infraestructura pública y privada y terrenos
agrícolas etc.).
Si el funcionamiento del embalse, beneficia con la mejora
del riego a 27,500 hectáreas (has) distribuidos en 7,300 agricultores; su
ejecución física afecta directamente aprox. a 100 agricultores, cuyas 300 has
ubicados en los caseríos: La Calera, La Calzada y Mochumi alto y bajo, se
inundarían con el agua del embalse. Por lo que consecuentemente se oponen a que
el proyecto se construya en medio del cauce.
En este intento de hacer realidad el proyecto, participaron:
La Mancomunidad de Municipalidades del
Valle La Leche y el Comité de Gestión del Embalse, con algunos avances pero
con evidente desunión institucional y por ende sin la fortaleza necesaria para
afrontar el problema social latente de la oposición. El Gobierno Regional y el Proyecto Especial Olmos y Tinajones (PEOT),
primero cambiaron el nombre del proyecto: “Mejoramiento del Sistema de Riego y
Control de Inundaciones en el Valle La Leche”, y asumieron la titularidad
de la gestión para hacer realidad el proyecto, luego el año 2013 lograron que
el MINAGRI, transfiera la partida de S/. 4´738,378, al Programa Subsectorial de
Irrigaciones –PSI, para financiar la elaboración del estudio a nivel de Perfil,
pero no se concretó, por la ejecución de una estrategia inapropiada de
sensibilización y de resarcimiento de daños a los afectados (Como se ha
efectuado en proyectos similares: Jequtepeque, Olmos otros). Ante esta oposición y el
fortalecimiento de la negativa, el PEOT, plantea en su reemplazo la siguiente
alternativa: La construcción de tres (03) embalses, “Calicantro” (25 MMC), a la
margen derecha del rio La Leche y dos en
sus respectivos cauces; “Laquipampa” (10 MMC), en el rio Moyan y en el río
Sangana el“Yavis” (100 MMC).
Desde el FEN 1983, el Estado Peruano casi todos los años,
viene ejecutando una serie de inversiones en el Rio La Leche, pero casi siempre
accionando sobre los efectos, es decir en los tramos erosionados, sin eliminar
la causa que originó la erosión. Y ante el fracaso del “Programa de Prevención”
del 2015-2016, entre otros, en el rio La Leche se ejecutó, actividades de
descolmatación de sedimentos por + de 10 millones de soles, arrimando el
material del lecho hacia los bordos, mayormente arenilla, que luego de las
avenidas han vuelto a su lecho. Y últimamente el haber quedado el cauce del rio
La Leche como una “coladera”, con muchos damnificados y afectados, y en el
marco de la Reconstrucción con cambios (RCC) ha recobrado prioridad e interés
pública hacer realidad el Embalse La Calzada, como alternativa de control de
inundaciones, para no esperar mayores desgracias de las que reportó el Niño
Costero, cuyo avenida máxima fue menos del 50% de la que se presentó en el FEN
1998.
El PEOT, persiste en su alternativa de los tres embalses que
suman 45 MMC, el Comité de Gestión insiste en la propuesta primigenia del
embalse La Calzada (70 MMC), el Ministro de Agricultura y Riego, indicó que NO
se ha conseguido la Licencia Social, es decir la venia de los afectados y nos
dejó el mensaje: “Vamos a analizar si los tres embalses propuestos pueden
controlar las avenidas del Rio La Leche”, obviamente debe ser en un FEN.
Si efectuamos un somero análisis: El embalse “Calicantro”,
proyectado a la margen derecha del rio y con una toma de captación de 10
m3/seg., caudal que resulta el 1% del máximo y por tanto el embalse solo
serviría para regular el riego, pero NO como prevención de desastres;
“Laquipampa”, en el FEN 1998, el rio Moyan, la avenida máxima fue de 580
m3/seg. (Estación de Puchaca), en el mejor de los casos, con el embalse vacío,
se llenaría en 5 horas y luego continuaría el mismo caudal arrasador. Ídem, con
el “Yavis” del rio Sangana. Por tanto NO servirían como medidas de control de
inundaciones. Es decir, que la respuesta del MINAGRI, podría ser negativa. Aunque
también la Calzada con el caudal de 1000 m3/seg., se llenaría en 19 horas.
Ante este escenario negativo para el control de
inundaciones, es positivo que analicemos otras alternativas que apunten a
controlar las inundaciones que genera el Rio La Leche. Reitero que la causa
principal, son los sedimentos que se almacenan mayormente en las partes
convexas (interna) de las curvas del cauce del rio, disminuyendo su ancho y por
ende aumenta la velocidad, que impacta, erosiona y desborda.
Si la causa son los sedimentos, entonces corresponde
identificar la fuente generadora y en este caso se merece una evaluación y
ejecución de la conservación de suelos en la franja de cerros que bordea al
cauce del rio Moyan, con la ejecución de actividades de Reforestación, Siembra
de agua, etc. para evitar que los sedimentos de los suelos erosionados lleguen
al cauce del rio (huaycos y/o deslizamientos). No ejecutar la reforestación, si
se presentara el escenario de los embalses proyectados en el cauce, también
terminarían colmatados. Siempre en el rio La Leche, en máximas avenidas hemos
presenciado la conducción de aguas turbias, por los sedimentos que transporta. Por lo que recomiendo que esta actividad de
Reforestación, cuyos beneficios son múltiples, requiere urgente atención y se
debe aprovechar la experticia e insumos que posee Agrorural para que lo ejecute.
Propuesta que no exime: la evaluación de la erosión de las riberas y protección
de nuestra riqueza arqueológica del Bosque de Pomac; la mejora del
funcionamiento hidráulico de los barrajes de la bocatomas precitadas; la
eliminación de los sólidos del lecho colmatado y el tratamiento estructural
(defensas ribereñas) de los tramos críticos. Es decir, el estudio y ejecución
del tratamiento integral del Rio La Leche, debe iniciarse ya! Y no mantenernos
estáticos en el problema de la “licencia social” y en todo caso, ponerla en una
cuerda paralela para un mejor trato y acuerdos, para luego de ellos, recién
iniciar los estudios de pre inversión e inversión, en el marco del Invierte.pe
y Ley de Contrataciones, cuyos procesos demandarían un plazo mayor de la
vigencia de la RCC.
Siendo el valle La Leche deficitario de agua para riego, el
poco caudal que transporta en época de estiaje, en la parte alta del río su
manejo y/o regulación, es difícil por la inexistencia de obras de captación que
permitan regular el riego, todas ellas son tomas directas y los canales de
primer orden: Mochumi Viejo, Mayascong, Batangrande ( a nivel de Perfil
viable), El Palto ( Expediente Técnico aprobado) y los secundarios, que
atienden a +3000 has, son de tierra y su eficiencia de riego es en promedio el
50%, es decir se pierde el 50% de agua restante. Por tanto es contraproducente
e inaceptable, que en la parte alta, en estos canales NO exista un m2 de
revestimiento de canal, que mejore la eficiencia de conducción y distribución,
y que el escaso recurso hídrico se maneje ineficientemente, desperdiciando el
agua que los agricultores de la parte la imploran para sus cultivos de
subsistencia.
¡Es momento de actuar
ya, avancemos porque el FEN no lo podemos evitar pero si mitigar sus
efectos destructivos. Dejemos de botar todos los años nuestra plata al rio,
solo con la descolmatación de sólidos, que es un atenuante pero no soluciona el
problema ni evita los daños y sufrimientos de muchos peruanos !!!
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