Los referidos
instrumentos de medición, ubicados en los distritos de San Borja, El Agustino,
El Rímac y San Luis, marcaron el pasado miércoles, día del partido final del
repechaje con Nueva Zelanda, un sacudimiento del suelo durante 60 segundos.
En las estaciones del IGP de San Borja y El Agustino se
pudieron observan dos trenes de onda que corresponden a los primeros 30
segundos después del gol de Farfán y 30
segundos después, durante la segunda etapa del festejo de los asistentes al
Estadio Nacional.
El júbilo unánime de los aficionados ocasionaron dicho
movimiento en los alrededores del primer escenario deportivo, equivalente a un
microsismo de magnitud aproximada de 1 en la escala de Richter, imperceptible
para las personas.
Los expertos del IGP indicaron que, en general, el suelo
puede vibrar por diversas razones, como por
sismos, por el paso de vehículos, explosiones, obras civiles, etc.
Los acelerómetros son aparatos muy sensibles que pueden
registrar terremotos que ocurren en la otra punta del mundo, así como pequeñas
vibraciones del suelo a distancias muy cortas.
Lo que se registró, de acuerdo con Hernando Tavera,
Presidente Ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), fue “una vibración
provocada por los saltos eufóricos al unísono de unas cincuenta mil personas
que asistieron al Estadio Nacional”.
En estos casos no se puede hablar de un sismo sino de un
sacudimiento del suelo, expresó Tavera.
Publicar un comentario