Foto: Andina |
Cualquier otro resultado, incluidos los empates con goles,
darán la clasificación a los All Whites de Nueva Zelanda, exultantes tras haber
terminado el primer partido de la repesca mundialista con su portería imbatida.
De ganar Perú, la Blanquirroja jugará por quinta vez una
Copa del Mundo, la primera desde España 1982; mientras que si Nueva Zelanda da
la campanada en Lima, los kiwis disputarán el tercer mundial de su historia,
tras su última aparición en Sudáfrica 2010.
El guión del partido seguirá muy probablemente las pautas
que marcaron el primer encuentro jugado el sábado pasado en Wellington, con
Perú volcado en jugar a ras del césped para superar por abajo la muralla de los
neozelandeses, dispuestos a jugarse su baza solo al contraataque o en una
jugada a balón parado.
La clave del encuentro estará en la capacidad de Perú para
no enredarse en la maraña de defensas neozelandeses, como ocurrió en el partido
de ida, cuando los peruanos terminaron desquiciados ante las enormes
dificultades que afrontaron para crear ocasiones claras de gol.
¿Cambios?
Sin embargo, el seleccionador de Perú, el argentino Ricardo
Gareca, no hará en principio grandes cambios en su equipo titular, salvo la
posible inclusión de Luis Advíncula en detrimento de Aldo Corzo, para ganar
poder ofensivo por la banda derecha.
Es probable que Jefferson Farfán, que apenas apareció en el
primer partido, vuelva a ser el único delantero del equipo peruano, a falta del
capitán Paolo Guerrero, suspendido por la FIFA. En la recámara estará Raúl
Ruidíaz para acompañar a Farfán en la línea ofensiva si el partido se complica.
Otros revulsivos pueden ser el extremo derecho Andy Polo y
el centrocampista Paolo Hurtado, cuyas apariciones en el segundo tiempo del
partido de ida le dieron a Perú mayor solidez en el ataque.
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