DEL LOBBY A LA VACANCIA


Lo ocurrido con PPK –siglas que son parte de su ‘photoshop” político– pone en evidencia cómo una larga y exitosa carrera de lobista puede culminar en la Presidencia de la República para discurrir a una caída estrepitosa luego de unos meses de un gobierno ineficiente y superficial con claros síntomas de corrupción.
Las cifras pagadas por asesorías por Odebrecht a Westfield Capital –compañía de PPK constituida en un paraíso fiscal– fueron parcialmente abonadas mientras él ejercía el cargo de ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros de Toledo, lo cual está expresamente prohibido por el artículo 126 de la Constitución del Perú.


Esta violación constitucional apareja un delito en la medida de su vinculación, desde el cargo estatal que ejercía, con los proyectos que ejecutó la corrupta empresa brasileña para el Estado peruano.
Y arrastra a PPK en una mentira flagrante ya que tuvo el mal tino de negar cualquier vinculación con Odebrecht en forma taxativa. Lo cual constituye su actual talón de Aquiles.

Ya en un wikileak publicado hace algunos años se daba cuenta de un informe del embajador de Estados Unidos indicando que PPK era un lobista al servicio de transnacionales mineras, lo cual es una actividad lícita en la medida en que no apareje el uso del poder en beneficio propio.
Está claro que Kuczynski ha gozado de un fuerte apoyo mediático en el crudo escenario de corrupción sistémica que recién descubre el Perú después de 32 años, dos expresidentes presos, otro con orden de captura, un cuarto negándolo todo cuando la mayor parte del país lo sindica como corrupto y la lideresa de la mayoría parlamentaria señalada por la Fiscalía de la Nación como cabeza de una presunta organización criminal.


La impunidad ha sido la vieja y fiel compañera de quienes han cometido actos de corrupción, durante todos estos años, con dinero del pueblo del Perú y nunca imaginaron que ocurriría Lava Jato.
La mayoría parlamentaria fujimorista requiere de algunos votos adicionales para llegar a los 87 requeridos para declarar la vacancia presidencial prevista en el artículo 113  de la Constitución por “permanente incapacidad moral”, pero ha preferido exigir la renuncia de PPK, seguramente por  estrategia política en la medida de sus aspiraciones electorales.


A ello se suma que la propia Comisión Lava Jato está integrada mayoritariamente por defensores de políticos acusados de corrupción que, hace unos días, se la hicieron ligera a un García Pérez ya identificado por el propio Marcelo Odebrecht a través de una relación familiar de varias generaciones.
Tenemos que salvar al sistema democrático de los extremismos –también corruptos– y. simultáneamente, a través del control popular sostenerlo frente al embate de la corrupción sistémica que lo está devorando.

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