LA DENUNCIA DE ROQUE BENAVIDES: “SENASA IMPLICADO CON PERMISOS FANTASMAS”

En los verdes prados de los criaderos más exclusivos de Lima, pastan animales que son, literalmente, copias al carbón de leyendas del pasado. Pero detrás de la elegancia del andar del Caballo Peruano de Paso, se esconde una trama de falsificación documental, evasión tributaria y burla a los controles sanitarios que ha sacudido los cimientos de la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso (ANCPCPP).

Una investigación interna explosiva ha revelado que 31 de los 34 clones registrados en el país son, en términos legales, "fantasmas". No existen para las aduanas, no existen para el control sanitario (SENASA), y su ingreso al Perú se orquestó mediante un esquema de suplantación de identidad digno de una novela de espionaje.

En el mundo ecuestre, el Caballo Peruano de Paso es una joya de patrimonio nacional, venerado por su andar suave y su arrogancia aristocrática. Pero detrás de los muros de las haciendas y la elegancia de los concursos, una crisis existencial ha estallado. Una investigación de alto nivel ha expuesto una operación de "atajos" biológicos y aduaneros que amenaza con manchar siglos de pureza genética: la infiltración de 34 clones producidos en laboratorios extranjeros e introducidos al país bajo un manto de ilegalidad.

Lo que comenzó como un rumor entre criadores sobre animales con características sospechosamente idénticas, ha culminado esta semana en un informe devastador de la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso (ANCPCPP). El veredicto es claro: se montó un esquema sistemático para engañar al registro genealógico, evadir impuestos y burlar los controles sanitarios del Estado peruano.

PARTE I:

LOS CABALLOS FANTASMA

El corazón del escándalo reside en la Comisión Investigadora de Clones, formada en julio de 2025 tras múltiples denuncias sobre irregularidades en la inscripción de nuevos ejemplares. El hallazgo fue contundente: 34 caballos clonados, actualmente inscritos con todos los honores en el Registro Genealógico del Perú, no nacieron en suelo peruano como afirmaban sus documentos. Nacieron en laboratorios de Argentina.

Sin embargo, el problema no es solo el lugar de nacimiento, sino cómo llegaron estos animales a Lima. Según el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), de esos 34 ejemplares, solo existe evidencia del ingreso legal de tres.

"No fueron algunos, sino 31 clones que ingresaron al país burlando los controles sanitarios y evadiendo impuestos... Delitos debidamente tipificados", sentenció la Asociación en una carta dirigida a sus asociados este 21 de noviembre.

Esto deja a 31 animales en un limbo legal absoluto: caballos de alto valor genético que cruzaron fronteras sin dejar rastro, invisibles para las aduanas, pero muy reales en los establos de sus propietarios.

PARTE II:

LA COARTADA DEL PURASANGRE

Si el contrabando es el cuerpo del delito, la documentación presentada es el arma humeante. La investigación dio un giro casi cinematográfico cuando la Comisión analizó los papeles de importación entregados por los criaderos involucrados, específicamente Criadero R y Criadero JOR, para justificar la presencia de estos animales.

Al cruzar la información con el Stud Book Peruano (el registro de caballos de carrera), los investigadores descubrieron una falsificación burda pero audaz. Los documentos de aduana presentados no correspondían a los finos Caballos de Paso clonados. Pertenecían a caballos de carrera (Purasangres) que sí habían sido importados legalmente y que, de hecho, se encuentran compitiendo actualmente en el Hipódromo de Monterrico.

La Comisión corroboró el fraude mediante la lectura de microchips. En un intento desesperado por legalizar lo ilegal, se presentaron papeles adulterados, con "ediciones y borrones que saltan a simple vista", haciendo pasar a campeones de pista por clones de laboratorio.

PARTE III:

LA CONFESIÓN DE "CRIA-R"

En el centro de la tormenta se encuentra Sebastián Tintorer, del proyecto CRIA-R, quien en una carta fechada el 17 de noviembre, admitió su responsabilidad, aunque bajo una narrativa de victimización burocrática.

Tintorer argumenta que actuó en una "zona gris". Según su versión, la falta de una normativa clara sobre clonación equina en 2023 lo llevó a "tomar atajos". Admitió haber exportado material genético sin los procedimientos legales y haber ingresado clones sin los requisitos formales.

"Tomé decisiones aún más equivocadas, incluyendo la presentación de documentación que no reflejaba fielmente la realidad", escribió Tintorer, reconociendo implícitamente la falsificación de papeles.

Tintorer ha intentado blindar a su familia y socios, asegurando que las decisiones fueron "exclusivamente suyas" y que su madre, Carla Risso Montes, y otros inversionistas actuaron de buena fe y desconocían el fraude. Sin embargo, la magnitud de la operación logística necesaria para mover 31 caballos a través de fronteras internacionales sugiere una complejidad que difícilmente se gestiona en solitario.

PARTE IV:

LA RÉPLICA DE LA ASOCIACIÓN

La respuesta institucional no se hizo esperar. Roque Benavides Ganoza, presidente de la ANCPCPP, desmanteló la defensa de Tintorer punto por punto. La Asociación rechaza categóricamente la idea de un "vacío legal" como excusa para el contrabando.

"No existe ninguna diferencia entre un animal clonado o nacido naturalmente al momento de cruzar una frontera", afirmó Benavides.

La postura oficial es severa: las normas sanitarias y aduaneras de Perú y Argentina siempre han sido claras. Tintorer no operó en un vacío legal; operó en la ilegalidad deliberada, prefiriendo no respetar los requisitos exigidos por la normativa argentina y peruana.

La Asociación ha calificado los actos no como "errores" —término usado por Tintorer— sino como "actos dolosos". La indignación es palpable: se intentó engañar a una institución que custodia siglos de historia.

PARTE V:

EL FUTURO GENÉTICO EN JUEGO

Más allá del fraude aduanero, este escándalo plantea preguntas urgentes sobre la biotecnología en la crianza tradicional. La Comisión ha recomendado que la Junta Nacional evalúe la validez de las inscripciones de estos 34 clones y sus descendientes.

El riesgo es monumental. Si se permite que animales ingresados ilegalmente y con genealogía manipulada permanezcan en el registro, se sienta un precedente nefasto. Por otro lado, la consanguinidad es una "alarma racial" que preocupa a los expertos, y la clonación, si se regula correctamente, podría ser una herramienta técnica valiosa.

La Comisión ha exhortado a crear una reglamentación "sumamente técnica" para el futuro, pero ha pedido que, mientras tanto, los criadores se abstengan de estas prácticas.

LA CAÍDA DEL TELÓN

Lo que Sebastián Tintorer describió como un intento de "preservar y fortalecer la Raza con herramientas modernas", ha terminado por exponerla a su mayor crisis de credibilidad en décadas.

Con 31 caballos "invisibles" pastando en campos peruanos y un registro genealógico contaminado por mentiras documentadas, el Caballo Peruano de Paso se enfrenta a una purga necesaria. La Junta Nacional tiene ahora la difícil tarea de decidir el destino de estos clones: ¿serán expulsados del registro, borrando millones de dólares en inversión genética, o se encontrará una amnistía dolorosa?

Por ahora, la única certeza es que la ciencia avanzó más rápido que la ética de sus usuarios, y la "zona gris" no era un vacío legal, sino una cortina de humo para el contrabando.






Compartir:

Publicar un comentario

 
Designed by OddThemes & Best Wordpress Themes 2018
Copyright © Semanario Clarin Chiclayo | Contacto | Acerca De