- Según un estudio británico, el tenis y la natación resultarían más saludables que el running y el ciclismo.
Unos se calzan la
muñequera y empuñan la raqueta, otros se acomodan las antiparras y elongan al
borde de la piscina, también vemos a los que pedalean sin parar y se encorvan
hacia el manubrio o los que, paso a paso (y al ritmo que pueden), devoran
decenas y decenas de metros en busca de una meta infinita.
El tenis, la
natación, el ciclismo y el running suman millones de adeptos en el mundo que
exigen, con mayor o menor intensidad, a esa bomba sanguínea que nos da vida: el
corazón. Pero, ¿sabemos qué actividad es más saludable que otra para el cuore?
Podrías sorprenderte ya que, según un estudio publicado a fines de 2016 por el British
Journal of Sports Medicine (que incluyó a 80 mil adultos
británicos que practican deportes en forma recreativa), los deportes que
reducen el riesgo de morir por culpa de un infarto son, en este orden:
los deportes de raqueta (tenis, paddle, badmington y squash) y la natación. ¿Sorprendidos?
Para reforzar esta tesis, un estudio publicado en 2007, realizado por
investigadores de las universidades de Maastrich (Holanda) y Carolina del Norte
(U.S.A.), indicaron que el tenis está asociado a un menor riesgo de enfermedad
cardiovascular como así también reduce la tensión arterial y mejora la función
cardíaca.
Los que no
se la llevaron de arriba fueron el ciclismo y el running. “Suele ser
gente muy exigente. El que hace 7 kilómetros después quiere correr 10, luego
15, 20 y así..., algo que quizás no se ve en la natación. Todo está relacionado
con el grado de adicción a la práctica deportiva”, aporta el cardiólogo Héctor
Deschle, secretario de la Sociedad Argentina de Cardiología.
En una sede
tenística en el barrio de Flores, desde hace seis años cuatro amigos se juntan,
religiosamente, todos los sábados a las ocho de la mañana. Allí, la rutina se
divide en dos: primero, dos horas de clase con un profesor que luego continuará
en un desafío de dobles que dura hasta el mediodía. Ellos son Adrián Rizzo
(37), que juega hace unos siete años; Carlos “Cali” Wasnik (41), que practica
desde los seis años; Martín Cardone (40), que llegó a jugar federado para
Racing Club; y Gastón González (46), un psicólogo que tuvo al tenís como vía de
escape mental por una enfermedad (ver destacados). “Todos creen que el tenis es
un deporte caro e individualista pero no es así, hay canchas baratas en varios
polideportivos y, al jugarlo entre amigos, se refuerza el vínculo”, dice Cali,
quien complementa sabiamente el juego de la raqueta con la natación. “Tenés que
entrenar porque si no llega un punto en el que te cansás”, agrega este
profesional de la informática.
Los tenistas
entrevistados, que se ríen y agitan -entre chicanas deportivas- la mañana
sabatina, coinciden que cuanto más alto es el nivel de juego, el cuerpo se
desgasta más. “Si jugás más tranquilo, y aparte entrenás un poco, es mucho más
saludable que hacer running”, se animan a sostener los amigos, un argumento que
profundiza Deschle desde su experiencia cardiológica: “El tenis es un deporte
que sigue un patrón de ejercicio interválico; o sea, alterna períodos de
esfuerzo o actividad con otros de reposo o recuperación. Eso permite
estimular más al corazón a cambiar las demandas de oxígeno, lo prepara
mejor. En cambio, el running otorga un menor factor de protección cardíaca
-siempre comparando entre gente que practica deportes- ya que puede llevar la
exigencia del corazón al límite”.
En los últimos
años, cientos de espacios públicos se llenan con corredores que tapizan de
colores flúo las calles y veredas de las ciudades. Una de ellas es Carolina
Coen (22), que encuentra en su entrenamiento una verdadera terapia. “Si bien
suelo estar estresada durante el año por mis estudios en la facultad, cuando
llego a entrenar me abstraigo de absolutamente todo y pongo mi cabeza
en blanco, enfocada en el ejercicio”, sintetiza la futura arquitecta.
Pero esa pasión
por correr tiene su precio. “En el running se lastiman las rodillas y los
tobillos, por eso nosotros sugerimos la caminata y la regla del 4: caminar 4
kilómetros en 40 minutos, 4 veces por semana como mínimo. También la natación y
los deportes de raqueta (preferentemente en dobles). Evitar el sedentarismo y
practicar una actividad en forma moderada genera una disminución en el riesgo de
infarto”, completa Héctor Deschle.
La exigencia y
competitividad también abunda en el ciclismo, un deporte con sus riesgos. “Para
mí el ciclismo y la natación son dos disciplinas que complementan perfectamente
al running, que tiene mucho impacto con la rodilla; no correr con buena técnica
te produce jorobas en los hombros y te termina doliendo todo el cuerpo”, dice
Diego, ciclista de ley. Este punto negativo del running también es tomado por
AnnieLehmman, quien prefiere la natación: “El agua te saca el rebote del piso y
tenés menos posibilidades de lastimarte. Además, después de tantas brazadas
descansás re bien. Y encima te ayuda a despejar la cabeza para focalizarte en
cada movimiento”.
MUCHO
EJERCICIO, POCO DESEO SEXUAL
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