* “Ser funcionales a la judicialización de la política es peligroso al impedir hacer política libremente; además erosionan la vital separación de poderes. El periodismo cae en lo más bajo al hacer reglaje a las autoridades para darle municiones a los comunistas”.
Por: Martha Meir
M.Q.
En nuestro
país la “Guerra Jurídica”
se ha normalizado. Detrás las oenegés zurdas con sus fiscales digitados y los
comunistas filo terroristas, con la colaboración de periodistas sicarios
capaces de lanzar un tiro de gracia, para sentir una falsa y pasajera sensación
de poder. Encerraron en tres oportunidades a Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza
Popular, y cercaron al dos veces presidente Alan García hasta empujarlo a
quitarse la vida.
Eso es pasado,
pero no termino.
A las
persecuciones judiciales contra las autoridades se suma ahora el reglaje,
evidente, a los ministros del actual gobierno, Sabemos que la presidente Dina
Boluarte al dejar el poder enfrentara una serie de imputaciones. Ahora quieren
lo propio para todos los ministros. Se busca hacerles carpetas fiscales, por lo
que sea.
El cuento es algo
así: un ministro se detiene en una pastelería para tomarse un café, al rato
llega, casualmente, un alto funcionario y es invitado por el ministro a
sentarse con él, conversando sobre asuntos banales. Por desdicha aparece un
periodista-paparazzi-operadora-política y piensa lo peor. No se atreve a
acercarse, pero usa su móvil para grabar la “reunión clandestina” de
ambas autoridades que, probablemente, conversaban sobre los problemas que dan
los hijos cuando llegan a adolescencia. Pero corre la bola, la periodista de
televisión llama a la que trabaja en un diario afin, con más años y
experiencia. La ‘noticia’ rueda y el fortuito encuentro se transforma
primero en chisme y de pronto resulta siendo una conspiración para disolver el
Congreso o lo que sea, y van salpimentando la situación de boca a oreja y a
otra oreja y así.
El asesor sobón
de algún legislador o legisladora comunista, del partido con el que llego Dina
Boluarte a vicepresidenta, pero que ahora la odia, por haber asumido la
presidencia constitucionalmente tras el golpe de Castillo. Para el rojerío
perucho la Constitución y la democracia son un corse insoportable que les
asfixia. Entonces el o la comunista congresal busca quien pueda pedir ‘por
transparencia’ informar que se trató en esa reunión del ministro y el
funcionario, un encuentro que fue casual ¿Y quién puede ayudar con eso?
Una oenegé zurda, para tratar de que se les abra una carpeta a esas
autoridades.
Lo extraño es que
los periodistas sicarios sean tan cortos de entendimiento como para creer que
otros periodistas no nos hemos dado cuenta de su juego, que los tenemos
identificados porque Barranco no es muy familiar. Y, pues, conocemos donde y
con quienes chelean, que hay uno que otro becario Santander o de cualquier otra
institución representante del capitalismo que repudian. Lo más inexplicable es
que se auto perciban demócratas, cuándo más bien son una amenaza. Ser
funcionales a la judicialización de la política es peligroso al impedir hacer
política libremente, además erosionan la vital separación de poderes.
El periodismo cae en lo más bajo al hacer reglaje a las autoridades para darle municiones a los comunistas.
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