- Un estudio australiano indagó sobre el impacto en la perfomance de los runners según el tipo de música que escuchan mientras corren.
Correr escuchando música es una práctica bastante común entre
los runners. Quizás porque al correr, la mente se libera -es una de las
maravillas de hacer running entre muchas otras-. Y escuchar música genera lo
mismo, qué duda cabe. Son caminos seguros hacia la introspección. Combinarlos
podría potenciarlos. Tal vez. Sea como fuera, lo cierto es que la música
influye decididamente en el desempeño. Lo demostró en 2013 el doctor Costas
Karageorghis, de la Universidad inglesa de Brunel. Según su investigación (que
le demandó 20 años) sobre los efectos de la música sobre el ejercicio escuchar
música mientras se corre puede mejorar el rendimiento hasta en un 15%. A la
misma conclusión llegó un estudio de Harvard. “La música es la droga legal de
los atletas”, aseguró Karageorghis en su momento al diario inglés The Guardian.
Sin embargo,
según parece, no toda la música causaría el mismo efecto estimulante. Es que
una investigación australiana asegura que es cierto que la música puede mejorar
el rendimiento, pero depende del estilo musical que se escuche. Así entonces,
sostienen, mientras el pop lograría su cometido de incrementar la performance,
la ópera obraría en sentido opuesto.
El
experimento, que fue financiado por la empresa de electrónica Jaybir, y
dirigido por la preparadora física TanyaPoppet, y el psicólogo y entrenador de
fitnessLeane Hall, consistió en evaluar durante cinco días si los estilos
musicales rock, heavy, clásica, reggae, ópera y pop influencian en el
rendimiento de los ejercicios físicos.
“Es muy
interesante cuando escuchamos los diferentes géneros y el efecto que tienen
mientras hacemos deporte”, dice Hall. “Parte de esto se reduce a preferencias
personales, pero en realidad se trata de los sentimientos que ese tipo de
música provoca. Creo que el ritmo de lo que escuchemos es realmente importante
y, a menudo, si coincide con nuestro estado de ánimo o está cerca de igualarlo,
puede ser muy beneficioso”, añade.
Los resultados de la investigación arrojaron que si se quiere
mejorar el rendimiento debe escucharse música pop o, seguido muy de cerca,
heavy metal. Por el contrario, la ópera, en primer lugar, y el reggae son los
estilos que hay que evitar..
“Si
escuchamos música clásica mientras corremos nos hará relajarnos y sentirnos muy
tranquilos, por lo que nuestro ritmo al hacer running bajará. Cuanto más rápida
sea la melodía, mejor, ya que así el cerebro tiene más que procesar y nota
menos cansancio. Algo que debemos tener en cuenta para escoger las canciones
que escuchemos para hacer ejercicio es que nos recuerden a momentos señalados y
dinámicos que nos motiven. Si ponemos música que nuestro cerebro recuerde,
nuestro cuerpo tendrá predisposición a imitar los movimientos que hizo
anteriormente escuchando esas canciones”, cierra Poppet.
Está de acuerdo Mariano Carmonessi, quien tiene 37 años y
hace 15 que se prendió en la onda running. Como tantos otros, “al principio fue
para hacer algo, para moverme”, pero luego “me hice fanático”. Mariano ya
corrió más de 10 maratones (incluyendo el Maratón de New York y el de Chicago)
y cuenta que según la música que escuche su zancada es más larga o corta,
también la respiración. “Siempre escucho música. No puedo correr sin hacerlo. Y
es cierto que cuando escucho rock fuerte, como AC/DC o Iron Maiden, me siento más
excitado, las zancadas son más cortas y la respiración más agitada. En cambio,
cuando pongo a los Redondos o Las Pelotas, lo hago más relajado. Como que voy
disfrutando más de escuchar música que de correr”, cuenta.
En su
investigación, que publicó en el libro “Inside sport psychology”, el doctor
Karageorghis explica que “los atletas de élite son corredores asociadores que
tienden a concentrarse en sí mismos mientras entrenan”. El resto de los
corredores son, en su mayoría, “disociadores”, y esto significa “que buscan
estímulo y distracción en lo que ocurre a su alrededor mientras corren”.
De acuerdo
con las teorías de este experto, los beneficios de la música disminuyen a
medida que sube la velocidad y el nivel del atleta. “Mientras más rápido se corra, menor será el impacto de la música”.
Fuete: Clarín
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