Al implementar sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), se
presentarán en la nación latinoamericana oportunidades de crecimiento para el
sector empresarial, las comunidades vulnerables podrán fortalecerse y
adaptarse, y además se incrementará la disponibilidad de agua. Conozca las
oportunidades que tendrá el Perú al desarrollarse sosteniblemente.
Perú es uno de los 17 países más biodiversos del mundo. De los 117
ecosistemas de vida que existen en el planeta, la nación sudamericana posee 84.
A su vez y junto a Brasil, posee la mayor extensión de la amazonia, donde viven
cerca de 13 familias etnolingüísticas preservando culturas autóctonas. Hay que
añadir que Perú es el noveno país a nivel global con mayor extensión de
bosques, que son los mayores sumideros de carbono. Sin embargo en este
territorio no todo es verde, dado que las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero (GEI) paradójicamente provienen en más del 50% – según datos del Inventario Nacional de GEI (INGEI2012) – de la
deforestación o cambio de uso del suelo.
Siguiendo al sector forestal, los sectores de energía –que incluye
al sector transporte- (26. 06%) y agricultura (15.20%), son los que reportan
mayores emisiones. Existen además procesos industriales y de manejo de residuos
sólidos y aguas residuales que aportan a las emisiones. Ante esos datos, es
evidente que se necesitan tomar acciones inmediatas para que el Perú continúe
siendo un país biodiverso, que apueste por energía limpia y con ayuda de
tecnología y prácticas ancestrales, tenga un crecimiento sostenible. Es
precisamente por ello, que el año pasado el gobierno peruano presentó ante la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en
inglés), para reducir 30% de sus GEI hacia el 2030, en un escenario Business as Usual (BAU). Un 20% será implementado por el
Estado a través de diversas acciones, y el 10% restante dependerá del apoyo financiero
internacional y de acciones de cooperación. El Perú además presentó un
componente de adaptación en sus NDC, reafirmando su compromiso con la reducción
de la vulnerabilidad nacional frente al cambio climático, pero también
exigiendo apoyo internacional para estos fines.
Mitigación para aumentar la competitividad
Entre los diversos beneficios de la mitigación se sabe – según la Bitácora Climática del Proyecto Planificación al Cambio Climático – que un proyecto de reforestación de 30 años
con una inversión de $205 millones, generaría un retorno para los
inversionistas de $229 millones, pero a la vez aporta $1,040 millones por
concepto de cobenificios socioeconómicos, lo que quiere decir, que por cada $10
dólares invertidos en reforestar la sociedad peruana recibiría $50. Pero se
necesita, entre otras acciones, formar y preparar al empresariado, además de
fortalecer las capacidades técnicas de los actores del sector forestal.
Las oportunidades de la mitigación llegan también al sector salud.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad existe
un importante incremento de cuatro enfermedades: pulmonares obstructivas,
cáncer de pulmón, isquémicas del corazón e infartos, asociadas a los gases
contaminantes liberados por maquinarias generadoras de vapor a partir de la
combustión de energías no renovables como el petróleo, gas, diésel, entre
otros. En la Bitácora Climática, se explica que invertir $5 millones en
calderas eficientes sería menos costoso que pagar las consecuencias en la
salud, es decir, los gastos médicos para afrontar las afecciones anteriormente
mencionadas y las pérdidas de ingresos que ascienden a $10.8 millones.
Christian Hübner, director del Programa Regional Seguridad Energética y
Cambio Climático en América Latina de la Fundación
Konrad Adenauer (KAS), indicó a ConexiónCOP que la contribución peruana incentiva
acciones para apostar por la energía renovable y para mejorar el transporte.
“Veo en Perú muy
buenas circunstancias para incentivar la reducción de emisiones de carbono por
medio de mecanismos económicos. La puesta en marcha de las NDC es una
oportunidad que tiene el país para crecer sosteniblemente, desarrollar nuevas
tecnologías y desde luego es necesario también trabajar en la eficiencia
energética”, sostuvo.
Adaptación para aminorar la vulnerabilidad
Perú sufre de una alta
exposición de amenazas climáticas. Según la Agenda para un Desarrollo
Climáticamente Responsable, del total de emergencias a nivel nacional, el 72%
tiene relación con fenómenos como sequías, lluvias, e inundaciones. Además, los
escenarios frente al cambio climático predicen irregularidades en regímenes
hídricos hacia el 2030. Los últimos meses, por consecuencias de El Niño Costero
– fenómeno que muchos especialistas relacionaron con el cambio climático – se
generó un debate climático muy fuerte en el Perú y una de las conclusiones fue
la urgencia que existe para implementar medidas de adaptación que permitan
reducir las vulnerabilidades.
Tania Guillén, especialista en adaptación del Centro de Servicios
Climáticos de Alemania, sostuvo a ConexiónCOP que de manera transversal, el
Estado peruano trabajará para gestionar mejor el riesgo de desastres; elaborar
proyectos de inversión pública en el contexto del cambio climático; aumentar el
número de programas de lucha contra la pobreza que incorporan la adaptación;
fomentar un enfoque claro de género; y promover la inversión privada
resiliente.
“Las NDC son también
un instrumento de reporte que identifica las áreas vulnerables del país, pero a
su vez, la información contenida en el componente de adaptación puede ayudar al
establecimiento de la meta global de adaptación, incluida en el Acuerdo de París”, explica Guillén.
Los retos para lograr un país sostenible.
Actualmente las emisiones
de Perú representan 0.3% del total mundial, estas se encuentran en crecimiento
y evidencian ineficiencias importantes en el uso de recursos y la gestión de
desechos. Además, debido a su geografía y condiciones socioeconómicas, Perú es
uno de los países más vulnerables frente al cambio climático. Por ello, es
prioritario para su economía que implemente el Acuerdo de París, a través de la
puesta en marcha de sus NDC. Pero además, la nación busca ser parte de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la
contribución agilizará el paso para ser miembro de este grupo que conforman las
economías más importantes del mundo, muchas de las cuales ya han apostado por
“desacoplar” su crecimiento económico del crecimiento de sus emisiones.
La implementación de las
NDC es un proceso complejo, en general los países de Latinoamérica consideran
que los desafíos que enfrentan son obtener financiamiento, involucrar al sector
privado, fortalecer la transparencia –es decir, establecer sistemas que
permitan monitorear y reportar sus avances en la implementación- y aumentar la
ambición.
Mariela Cánepa, directora de Políticas de WorldWildlifeFund (WWF) en
el Perú detalla el uno de los retos es lograr la articulación con los
diferentes grupos sociales.
“Se necesita hacer
efectiva la implementación entre los sectores mencionados en la NDC: bosque,
energía, transporte, entre otros y entre los gobiernos regionales y locales en
los que se pondrán en marcha las acciones de mitigaciones y metas de
adaptación; y el rol de Ministerio del Ambiente en el seguimiento del
cumplimiento de los mismos”, sostiene Cánepa.
Además, agrega que es
necesario promover instrumentos financieros y quizá en algunos casos, definir
beneficios tributarios con el objetivo de acercar al sector privado para
contribuir con la meta de reducción de emisiones.
Los nuevos escenarios
que trae consigo el cambio climático generan que los países tomen decisiones de
desarrollo con un enfoque de sostenibilidad. Perú no es la excepción, pero
además de reducir las emisiones y aumentar los sumideros de GEI, se preservará
uno de los ecosistemas más importantes, del cual dependen millones de especies,
que a su vez permiten la continuación de la vida en el planeta.
Fuente: LaMula
Publicar un comentario