- La historia ya estaba escrita
- AFUERA “CHIQUI” TAPIA Y SAMPAOLI.
Con un inmenso dolor a cuestas por la derrota
ante Francia, que me embarga al ver a la querida selección albiceleste de
vuelta a casa y es que hay un dicho muy popular que dice “Lo que se inicia mal, termina mal” y eso es lo que sucedió con
esta selección que lideraba el mejor jugador del planeta, pero que a la hora de
la verdad “arrugo” y se escondió en
los bolsillos de Antonella, lamentable por quienes tuvimos la fe en que esta
vez llegábamos a la final y traeríamos la ansiada copa del mundo que desde hace
mucho tiempo nos es muy esquiva.
Con
un presidente de la AFA relativamente mediocre y peor el conductor de la
albiceleste quien junto a Messi, el “nono”
Mascherano poco era lo que podían hacer frente a los endiablados galos, que hoy
desde el inicio nos hizo regresar a la realidad; nos atacaron como nunca y allí
salió la escasa producción defensiva de la selección.
Que
épocas en la que estaba el lirico Cesar Luis Menotti, el Doctor Carlos Salvador
Bilardo y nuestro querido Alfio “coco”
Basile, hoy con un mediocre “dizque” entrenador a quien le falto pararse y
amarrarse bien el cinto y poner en su lugar a “camarilleros”,porque hoy no perdió la selección Argentina, hoy
fueron eliminados los “amigos” de
Messi.
Nunca
dio tanta lastima una línea defensiva con inmensas limitaciones y un medio
campo con el “nono” Mascherano que
era pasado a cada momento. En síntesis fuimos un equipo sin temple, entregado
totalmente ante los franceses que aprovecharon las oportunidades presentadas
para golearnos.
La
derrota ante Francia marca el fin de un ciclo de una generación de jugadores
que nunca puso darnos la satisfacción de un título.
Da
pena, claro. Porque a pesar de los enojos que provocan ciertas actitudes, de
las desprolijidades y desaguisados de los dirigentes, que saben de futbol “chiqui” Tapia, el “tano” Angelici de empresas pueden saber, pero de futbol Por favor,
es tiempo de que larguen este par de aprendices de dirigentes.
El
final, por doloroso que sea, no puede clasificarse de inesperado. Argentina se
va de Rusia con las mismas incertidumbres y los mismos defectos con que llego.
El
partido de la despedida no fue más que una metáfora, un resumen apretado de un proceso,
el que comenzó en Brasil, plagado de errores, incoherencias, inconvenientes, planificación
y dudas.
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