- El emblemático restaurante de la calle Elías Aguirre mantiene el sabor tradicional que lo distingue desde hace 60 años.
- Un conocido local de la cuadra seis de la calle Elías Aguirre alberga en su interior un lugar con 60 años de tradición culinaria. Se llama ‘Mi Tía’, aunque algunos, quienes pintan canas sobre todo, lo conocen como ‘El Cincuentita’, un restaurante donde los comensales pueden sentir que verdaderamente comen como en casa.
(Expresion) La dueña de este
emprendimiento chiclayano, María Elena
Azalde Carvallo, cuenta que todo
surgió “como jugando”. Relata que su mamá, Nelly Carvallo Narváez, siempre le
preparaba a ella y sus hermanos bocaditos para que comieran durante el día. La
sazón de estos aperitivos era tan buena que sus amigos de la entonces pequeña
María Elena empezaron a preguntarle dónde los compraba, a lo que ella respondía
que era su mamá quien los hacía.
Cuenta que poco a poco los niños que vivían en la cuadra
seis de la calle Colón empezaron a llegar a su casa a degustar de los bocaditos
que preparaba su mamá (papa a la huancaína, papa rellena, ceviche, etc.), quien
les vendía todo a 50 centavos, pues era un precio accesible para el bolsillo de
los niños. Tanta fue la popularidad de estos aperitivos que pronto dejaron de
ser solo los niños de la cuadra quienes llegaban. En adelante también lo
hicieron los niños de los principales colegios de Chiclayo.
“Empezaron a llegar chicos del Labarthe, del San José, del
María Reina, de La Inmaculada, a las finales todos se pasaron la voz y en casa
ya no entraba ni una aguja. Ellos fueron quienes le pusieron “El Cincuentita”, porque mi mamá todo
lo vendía a 50 céntimos”, relata.
ANÉCDOTAS
Azalde Carvallo recuerda que un día llegó muy molesta a
tocar la puerta de su casa una de las mamás de los niños que acudían
frecuentemente a comer. “La mamá del niño llegó y le dijo a la mía: “Señora, vengo a ver dónde se mete mi hijo
porque siempre llega a la casa y ya no quiere comer”, a lo que mi mamá se río y
la invitó a pasar”.
Cuenta que su mamá le explicó que ella preparaba bocaditos
para los niños y le hizo probar de los manjares que hacía. Relata que la madre
de este niño quedó tan feliz que al día siguiente trajo a toda su familia a
comer a casa de doña Nelly.
María Elena Azalde
explica también de dónde surge el nombre “Mi
Tía”. Señala que su mamá siempre llamaba cariñosamente a los comensales que
acudían a su casa, para entonces ya convertida en un pequeño restaurante, como
“sobrinos”, razón por la cual quienes llegaban la trataban a ella de “tía”.
“Si bien empezó todo con los amigos de la cuadra y luego los
chicos de los colegios representativos de Chiclayo, ya después empezó a llegar
gente de todas las edades y mi mamá les decía sobrinos a todos, a grandes y a
chicos. Ella fue siempre muy cariñosa”, recuerda.
CALIDAD SIN MEZQUINAR
Azalde Carvallo anota que su madre le enseñó a ella cómo
debía dirigir el negocio y fue así que en el 2000 tomó las riendas del mismo,
manteniendo siempre el tradicional sabor que caracteriza a “Mi Tía”.
Desde entonces, María Elena Azalde implementó el rubro de hamburguesas,
construyó un “mezzanine” en
el segundo piso y puso también la atención por “delivery”, de modo
que el negocio creciera un poco más.
Señala que su plato bandera es la papa a la huancaína, cuya
crema es muy valorada por los comensales, así como las papas rellenas. Preparan
también platos criollos como el cabrito y el arroz con pato y últimamente han
innovado con la preparación de patitas de cerdo con la sarza y el ceviche de
lenguado con pulpa de cangrejo.
“Yo pienso que a nosotros nos diferencia la calidad de la
comida porque no mezquinamos en nada. Por ejemplo, así el loche esté carísimo,
nosotros le ponemos la misma cantidad al arroz con pato o al cabrito. No
importa si no se gana mucho porque sabemos que hay temporadas en las que este
insumo baja de precio”, menciona.
De igual forma, comenta que tampoco escatiman con los
ingredientes de los postres que preparan. “Uno prueba la torta tres leches que
preparamos y verdaderamente se sienten las leche. Lo mismo con la mazamorra, la
nuestra es una llena de frutas, algunos solo le ponen un guindón o un pedazo de
piña, nosotros no”, comenta.
ENGREÍR AL CLIENTE
Señala que otro de los aspectos que diferencia a “Mi Tía” es el hecho de consentir a
sus clientes. Explica que siempre preparan los platos al gusto del cliente. Por
ejemplo, si el comensal desea su comida sin sal o sin condimentos, ellos lo
preparan así.
De igual forma, explica que si el cliente se quedó con
hambre o con sed, tampoco tienen reparos en servir un pan adicional o más
refresco, pues ellos buscan engreír.
“Este es un restaurante popular donde pueden comer todos sin
importar su condición social porque los precios están al alcance. Invito a
todos los chiclayanos a visitar ‘Mi Tía’, tengan la seguridad que aquí serán
bien atendidos y comerán como en casa”, manifiesta.
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