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| Fotos: Internet/Medios |
Por Sebastian Ortiz Martínez y María Alejandra Campos
(ElComercio) Desde que escuchó al presidente Martín Vizcarra anunciar
que enviará un proyecto para adelantar las elecciones generales, la
vicepresidenta Mercedes Araoz guardó silencio. Consideró
que el jefe del Estado y el Congreso deben terminar su mandato en el 2021.
¿Se entera durante
el mensaje a la nación de la propuesta del presidente Martín Vizcarra para
adelantar las elecciones generales?
Me enteré en el Congreso y, como todos, me quedé bastante sorprendida
¿Y cómo interpreta
que el presidente Vizcarra no haya coordinado con usted esta medida?
Me imagino muchas cosas, pero el que no hayamos podido conversar es lamentable,
creo que le pude haber dado mi mirada sobre el tema y una opinión, quizás la
tomaba o no, pero la hubiera escuchado.
¿Cree que el jefe
del Estado no le tuvo confianza?
El presidente suele ser una persona reservada, no lo voy a criticar, pero cada
uno toma sus decisiones independientemente. Ahora, creo que él tenía toda la
posibilidad de hacer este pedido, está dentro del marco de la Constitución.
Esta lo faculta a hacer propuestas de reforma constitucional.
Los ministros
Salvador del Solar y Vicente Zeballos han señalado que el presidente no tenía
por qué coordinar con usted. ¿Comparte esa posición?
No, porque somos parte de un equipo que fue electo conjuntamente. Recordemos
que entramos en una plancha con el presidente Kuczynski […]. Fuimos electos por
cinco años para defender los intereses del pueblo. Creo que me tocaba darle,
por lo menos, la mirada [al anuncio de adelantar elecciones]. De repente no
podíamos estar de acuerdo, pero sí darle la mirada.
¿Y cuál es la opinión
que le hubiera dado al presidente?
Tengo mi lectura del Congreso y también del Ejecutivo, mi lectura es que somos
corresponsables de la crisis política, no es un tema solamente del Congreso
como tampoco es solo del Ejecutivo, como algunos lo están diciendo. El último
año ha sido tenso y difícil y ni el Ejecutivo ni el Legislativo han estado a la
altura para encontrar un espacio de diálogo. […] Hemos utilizado de manera
frívola dos instrumentos constitucionales: uno que es la vacancia presidencial y
el otro que es la cuestión de confianza. Hemos tenido a presidentes que han
tenido actuaciones fatales. Por ejemplo, Alan García en su primer gobierno,
hiperinflación y terrorismo y no se le vacó; o Toledo, quien tuvo un actuar
ligero y no usamos la vacancia. También tuvimos congresos terriblemente malos
donde había narcotraficantes identificadas y no hemos planteado el voto de
confianza. Esto genera inestabilidad política, que genera otro fenómeno más
grave: la inestabilidad económica.
Carlos Ganoza, exjefe de Gabinete de Asesores del MEF,
escribió en una columna en El Comercio que “es el fin del milagro peruano”,
porque este había consistido en la estabilidad más que en las altas tasas de
crecimiento…
Espero que no sea el fin, yo espero que todavía tengamos un espacio en el que
demostremos que somos responsables. Lo vuelvo a decir, [la crisis] es
responsabilidad de los políticos tanto del Ejecutivo como del Legislativo.
Debemos sentarnos a conversar y encontrar un espacio para el diálogo, un
proceso que nos lleve, inclusive, a que el presidente Vizcarra termine su
mandato en el 2021, sería lo ideal. Debemos esperar la continuidad del mandato
del presidente y del Congreso hasta el 2021.
¿Está en contra de
adelantar las elecciones, como el presidente Vizcarra lo planteó en su mensaje
a la nación?
Es una idea que tenemos que revisarla, yo no la he leído, porque todavía no ha
llegado [el proyecto] al Congreso. Probablemente, él [Vizcarra] ha pensado que
es una salida adecuada [a la crisis política] dado que la crispación habría
llegado al límite, imagino que habrá revisado todos los escenarios, pero a mí
me surgen dudas. ¿Cómo será el proceso electoral [en el 2020]? ¿Con las reglas
de la reforma o con lo que ya teníamos? Será triste [si es bajo lo último],
porque yo esperaba tener implementada la paridad y la alternancia...
Desde Fuerza
Popular y el Apra le han pedido al presidente Vizcarra y a usted que renuncien
y que sea el titular del Congreso, Pedro Olaechea, quien llame a elecciones.
¿Está dispuesta a dar un paso al costado?
El presidente no ha manifestado un interés en renunciar. Segundo, digamos que
me pusiera en esa situación en la que él renuncia, que también genera
inestabilidad. Quiero que tengamos claro que [si yo también renunció]
volveríamos a lo que la gente no quiere, que es que presida [el país] el
[titular del] Congreso y que el Congreso siga, porque lo que van a hacer es
llamar a la elección del presidente para que complete el mandato y no se
cambiará el Congreso. ¿Qué estamos buscando? Yo le pediría a mis amigos y
colegas de las diferentes bancadas que lo pensemos con más calma y que veamos
de qué manera podemos lanzar una rama de olivo para decir: “Por acá podemos
coordinar juntos por el bien del país”. Hay que sentarnos y trabajar como estadistas
por el bien del país.
¿El presidente
Vizcarra tomó la reforma política como excusa para entrar en un nuevo capítulo
de confrontación con el Parlamento o realmente había un interés?
No he hablado con él, pero de las conversaciones que he tenido [con] el primer
ministro [Salvador del Solar], este me ha dicho que está preocupado por esta
confrontación que parece no tener fin. [El presidente] ha optado por proponer
que los dos [Ejecutivo y Congreso] salgan de escena. No sé si ha hecho toda la
evaluación de los efectos que esto tiene, pero de repente ha dado una muestra
de renunciar para que podamos salir de este entrampamiento y ver cómo
resolvemos y nos quedamos todos hasta el 2021, pero con diálogo.
La crisis no se
produce con el anuncio de Vizcarra, sino que esta viene desde el 2016. ¿Cuál es
la receta para superarla? ¿Por qué Fuerza Popular va a cambiar ahora?
Hay que darle la oportunidad a nuestro país. Antes que nada nosotros no hemos
sido elegidos para servirnos, sino para servir a la patria. Hay muchas personas
dentro de Fuerza Popular que tienen esa voluntad, algunos son un poco más
rabiosos, pero [de esta clase de políticos] hay en todas las bancadas. Tenemos
que serenarnos y dar la serenidad al Perú. Hay que sentarnos y pensar cómo
encontramos [la salida] a esto, porque el Perú es primero y no es un cliché del
presidente ni un eslogan, es real, tenemos que sentirnos comprometidos con
nuestra patria.
¿El mandatario no
ha actuado con responsabilidad?
No estoy diciendo eso, estoy diciendo que [la crisis] es corresponsabilidad del
Ejecutivo y Legislativo, los dos en los últimos tres años hemos actuado de
manera irresponsable. Sí se han hecho leyes y se ha avanzado, pero la
confrontación ha distraído mucho de las reformas importantes. El crecimiento
económico es un tema que me preocupa y también el desarrollo […]. El riesgo de
este proceso [una eventual elección en el 2020] es el populismo, porque al
final la gente dice: “Que se vayan todos y que venga el que ponga orden”. Y el
riesgo populista es [de] cualquier orden, de derecha radical o izquierda
radical. Prefiero tener el diálogo en el Congreso con una izquierda
responsable, con la que se puede tener puntos de encuentro.
¿Usted está
conforme con la reforma política aprobada por el Congreso?
En el único tema en el que yo diría que no estoy en ningún grado de acuerdo es
en lo que pasó con la inmunidad. Yo creo que algunos [dictámenes] han sido
conversados y negociados con la PCM, entonces no perdían la esencia, sino
generábamos el enriquecimiento del debate. Probablemente, al Ejecutivo no le
gusta [cómo quedó] la paridad y alternancia [que mantenía el voto
preferencial]. Sin embargo, creo que a veces hay que entender que tiene que
haber momentos en los cuales hay que conceder y que esta concesión tenía un
correlato con la realidad. Iba a haber 24 partidos que probablemente no hagan
internas. ¿De qué manera metíamos a los ciudadanos a la elección? A través del
voto preferencial, eso era una solución intermedia mientras íbamos a una mejor
regla para la participación de la mujer en la política.
Si vacan al
presidente Vizcarra, ¿usted asumiría el cargo?
Vamos a ver el momento, yo espero que no se dé la vacancia y que podamos
culminar el proceso como nos lo mandó el pueblo, el pueblo nos eligió para
llegar al 2021, tanto al Ejecutivo como Legislativo.
Pero no descarta
asumir el rol de presidenta de la República.
Habrá que verlo, no sé cuál será la situación de ese momento, todo depende de
las circunstancias. No es que yo me quiera quedar, la verdad tengo todo
tranquilo. Para mí, el tema es lo que sea mejor para el país
¿Sigue siendo una
aliada del presidente o la relación está rota?
Como todas las relaciones, inclusive entre amigos, puede haber momentos de
tensión, pero lo importante en este momento no es saber cuál es la relación que
tengo con el presidente, que se ha hecho tan viral, sino cómo [de] ahora en
adelante reconstruimos nuestra democracia, que está en una situación de crisis.
Justamente para
salvaguardar nuestra democracia y en un escenario de crisis como el que se va a
dar cuando se presente el texto del presidente, si es que en cualquiera de los
escenarios le toca a usted asumir la presidencia. ¿Asumiría la función?
Depende, depende de las circunstancias. Vuelvo a decir que yo no me aferro a un
puesto, no tengo una ambición especial. Es más, no es muy grato recibir una
papa caliente, la situación sería muy complicada. Muchas cosas pueden pasar en
ese momento, hay que ver los escenarios y estudiarlos con tranquilidad. Pero
sobre todo vuelvo a insistir, yo personalmente voy a tratar de convencer [a
Vizcarra] de que permanezca hasta el 2021, porque creo que es lo más saludable
para nuestro país.
¿Cuáles fueron las
palabras que intercambió con el presidente Vizcarra en la parada militar?
“Buenos días” y “hasta luego”, nada más.
¿Sintió como un desplante que el presidente no se
acercara a despedirse de usted en el desfile militar?
Mira, nada, yo creo que más bien se puso nervioso. Se despidió, me hizo una
venia porque se sentía apurado de salir porque ya lo estaban apurando. No creo
que haya habido un desplante, necesariamente. Todo es interpretación.
En estos días,
luego del mensaje, ¿ha habido alguna comunicación con el presidente para reunirse
o llegar a algún consenso?
No, no hemos conversado. Yo solo he conversado con el primer ministro.
En caso el
proyecto de reforma constitucional que presente el Ejecutivo llegue a ser
aprobado en el Parlamento, ¿usted evaluaría postular en las eventuales
elecciones del 2020?
Lo difícil es que yo no estoy en un partido político que me respalde. Entonces,
sería muy difícil.
Pero antes ya ha postulado como invitada.
Sí, por supuesto que lo he hecho. Habrá que evaluarlo. Mi hija me va a decir
que no y probablemente le haga caso porque creo que el momento no es el más
fácil para mí.
¿Con Pedro
Olaechea al frente del Congreso, usted ve viable que se retome este diálogo,
que se vea una salida democrática?
Olaechea es un caballero, es de buenas maneras, es dialogante. No veo por qué
él sería un impedimento para el diálogo.
Pero usted no votó
por el señor Olaechea en la Mesa Directiva. ¿O sí?
No, no voté por él. La solución para mí era muy difícil, no estaba muy contenta
de votar. Fue muy difícil, pero por una decisión de bancada apoyé a Daniel
Salaverry.
¿Cree que el
desenlace hubiera sido distinto si es que Salaverry ganaba la Mesa
Directiva?
Ojalá no se hubieran presentado ninguno de los dos. No lo digo por Pedro. Pedro
acompañado de otra composición de repente hubiera sido más fácil. Una
composición que pareciera más dialogante. En el caso de que no fuera Salaverry
sino otro que también tuviera esa capacidad de ser esa especie de enlace entre
nosotros, los legisladores, una persona que pudiera establecer esos vínculos,
que pudo haber sido de cualquier partido como Acción Popular, APP, no sé. Y
también tener esa posibilidad de tender los puentes con el Ejecutivo.
¿Incluso esta
nueva versión de Pedro Olaechea ultraconservadora?
Yo me río mucho porque no comparto esa mirada. Él siempre ha sido conservador,
nuestra bancada era muy diversa. Siempre ha sido conservador pero siempre me
decía: “Bueno, acepto, Meche".
¿PPK le ofreció
inicialmente la primera vicepresidencia a usted, pero regresó de México y encontró
a Martín Vizcarra en ese lugar?
No, no ha sido así. Hubo, efectivamente, algunos cambios, pero la relación con
Martín Vizcarra [es buena]... Es más, yo fui una de las personas que lo
recomendó, está en el libro de la señora Rafaella León porque, es verdad, lo
conocí antes y me encantó. Tenemos una coincidencia total, y yo lo recomendé
como una de las personas que podría tener presente para estar en la plancha y
también le dije después, cuando hemos trabajado, hicimos un trabajo de campaña
muy cercano entre los dos. Hemos sido muy cercanos. Y bueno, luego de eso,
también. Hemos sido compañeros de trabajo como vicepresidentes, él como
ministro y yo como vicepresidenta que no tenía cartera, o al revés. Hemos
hablado. Hay momentos de tensión cuando fue el tema de la vacancia obviamente y
luego la renuncia del presidente [PPK], que fue muy difícil, pero aun con las
diferencias nos hemos respetado, nos hemos tratado bien, ha habido momentos de
mucho trabajo y nuestra preocupación por el país es primero.
PPK, cuando
conforma la plancha, le dice a usted inicialmente que va a ser la segunda
vicepresidenta, ¿o cómo fue?
No me dice eso, pero las decisiones son del candidato, entonces conversamos, lo
debatimos, vimos opciones y, bueno, yo tampoco tenía por qué aferrarme a ser la
primera vicepresidenta. No había una postura de: “Yo quiero este puesto y
punto”; si no, hubiera renunciado. Yo decidí, ante las razones que me arguyó el
presidente, la posibilidad de tener a una persona con los valores que tenía
Martín que podría ser el primer vicepresidente. De ahí en adelante trabajamos
juntos, tanto es así que nosotros dos establecimos un vínculo tan grande que
creo que fuimos determinantes para el proceso de la campaña, para demostrar que
había un equipo tan sólido.
¿Sigue yendo a
visitar a PPK?
Sí.
¿Está mejor de
salud?
Está, digamos, es una persona mayor. Su salud no está resquebrajada al nivel de
estar en una cama ni mucho menos, lo podemos visitar, pero tiene cuidado
permanente. Tiene dos enfermeras, está con vigilancia médica continua, tiene
que cuidarse. Y yo creo que la operación que le hicieron ayudó muchísimo. Fue
un momento muy fuerte, esa operación lo ayudó. Él está viviendo un momento muy
difícil. Por humanidad hay que estar acompañándolo, no dejar de ser su amiga.
¿Ha conversado con
PPK a raíz del mensaje de 28 de julio?
Brevemente, ¿no? Porque yo el 28 de julio fui a su casa, almorcé con él.
Estuvimos solos. Él no tiene a nadie en su casa, yo tampoco, así que le dije:
“Te acompaño en el almuerzo”. Almorzamos juntos y tratamos de distraernos, no
dedicarnos a solo hablar de política.
Y cuando sí
hablaron de política, ¿cuál fue el diagnóstico de Kuczynski?
No, nada, la preocupación por la estabilidad del país y su desarrollo. Siempre
su preocupación primero es el país.
¿En el hipotético
caso que usted termine sentada en el sillón presidencial cree que el
fujimorismo la dejaría gobernar?
Todo es posible en la viña del señor, como se dice, pero no sé, y no me quiero
poner a discutir sobre cosas que son hipótesis, que hay que evaluarlas con
mucho cuidado y, también, por supuesto, yo prefiero volver a insistir en entrar
en una situación en la que los dos [Congreso y Ejecutivo] terminen el mandato
que dio el pueblo en el 2021.
¿Cuál de los
siguientes escenarios prefiere: llegar al 2021, con dos años más de
confrontación entre el Ejecutivo y el Congreso, o ir a elecciones y repartir
las cartas nuevamente?
Bueno, en los dos casos son [escenarios por] lo malo. No me has dado la tercera
[opción], que es la posibilidad de un encuentro de diálogo, entonces las dos
son situaciones de crisis irremediables. Los dos son malos [escenarios].
¿Cuál es el mal
menor de esos escenarios?
No veo ninguno como mal menor, los dos [escenarios] los veo como situaciones de
incertidumbre tales que te dejan fuera cualquier posibilidad de asegurar, por
más que hagamos el esfuerzo desde el MEF. Confío mucho y tengo buena relación
con el MEF. Por más que hagamos el esfuerzo con un buen plan de
infraestructura, de competitividad, que estoy segura buena parte puede
implementarlo porque es [a través de] decretos supremos, en adelante creo que
va a ser difícil, ¿no? Porque la confianza está resquebrajada. Uno porque hay
crispación y el otro caso porque hay una situación de incertidumbre de quién es
el que viene. La posibilidad la estamos viendo en otros países desarrollados
como Estados Unidos, estamos viendo la presencia de un populista. Lo vemos en
Brasil, en México, en Italia, en el Brexit; o sea, todo esto genera un ruido
muy fuerte. Son de todos los colores: izquierda, derecha, donde la presencia de
las actitudes populistas y autoritarias están presentes. Hay que ser muy
cuidadosos en escenarios más internacionales débiles como los que tenemos
ahora, que hay problemas de conflictos económicos entre países y también
algunos conflictos, por ejemplo, el tema de las migraciones en Sudamérica, que
son graves, y las otras migraciones en Europa, las migraciones a Estados
Unidos, conflictos de otros tipo. Hay que tener todo eso presente en el
escenario en el que estamos.
¿Cuál cree que es
el escenario más posible?
En este momento yo te digo que es bien difícil predecir porque la situación
está muy crispada. Y de repente no salimos de la crispación. Ese es un
escenario bastante posible. Es un dilema de prisionero, hemos caído en la
trampa del dilema de prisionero. Me voy por el lado más duro y no me voy por el
lado de las concesiones mutuas.
¿Le gustaría ser
presidenta?
No ahora. Es un problema. [Risas]



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