Los informes que
dejaron más dudas que respuestas y familiares que han ido falleciendo en esta
lucha dolorosa y eterna mantiene viva la interrogante desde los ochenta: ¿realmente
existe justicia en Perú?
Hoy se cumplen
cuatro décadas de la primera masacre colectiva de periodistas sucedida en el
mundo, en la que ocho trabajadores de prensa y un guía fueron asesinados en el
poblado de Uchuraccay, en la región Ayacucho, cuando se dirigían a investigar
una serie de asesinatos ocurridos en el marco de la Época del Terrorismo n el
País.
La Federación
Internacional de Periodistas Exigen Verdad y Justicia para los colegas
asesinados y sus familias y Acompañan a la Asociación Nacional de Periodistas
(AN9) en la lucha contra la impunidad.
El asesinato a
los periodistas el 26 de enero de 1983 genero dos investigaciones, detalla el
informe general de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), documento
que identifica al grupo terrorista Sendero Luminoso como responsable de la
mayor cantidad de muertes y desapariciones del periodo 1980-2000.
“La primera (de
estas investigaciones) estuvo a cargo de la comisión investigadora de los
sucesos de Uchuraccay nombrada por el presidente Fernando Belaunde Terry el 2
de febrero de 1983 y presidida por el escritor Mario Vargas Llosa, la cual
presento su informe un mes después, señalando como responsables a los
campesinos de Uchuraccay”, añade el informe.
“La segunda
investigación detalla fue realizada por el Poder Judicial, mediante un proceso
penal sumamente confuso y dilatado, cuyo fallo definitivo fue emitido el 9 de
marzo de 1987, sentenciado por homicidio a los campesinos Dionisio Morales
Pérez, Simeón Auccatoma Quispe, María Ccasani Gonzales, y ordenando la captura
de otros 14 campesinos de Uchuraccay”.
La ANP Chiclayo
recordó a los mártires de la noticia con un conversatorio.
A 41 años de la
masacre de Uchuraccay, las lecciones que no hemos aprendido son muchas. Entre
ellas, la importancia de proteger y respetar el trabajo de los periodistas, que
arriesgan su vida por informar la verdad, la urgencia de garantizar la justicia
y la memoria para las víctimas de la violencia política; y la responsabilidad
de promover el dialogo y la convivencia entre, los diversos sectores de la
sociedad peruana, que aun enfrentan profundas brechas y desigualdades.
Las familias de los periodistas después de tantos años merecen saber la verdad, el dialogo continuara para definir, dar tranquilidad y paz a estos notables periodistas y sus familias.
Publicar un comentario