“LA TENTACIÓN DEL SEXO, DINERO Y PODER DE LOS POLÍTICOS”


Hace algún tiempo atrás tuve una apreciable amistad con un amigo y su familia, él fue candidato en un distrito limeño para ser alcalde, logró su anhelado objetivo y resulto elegido, transcurrido más de un mes y medio desde su elección y estando cerca de su municipio decidí pasar a visitarlo y saludarlo, no lo había visto desde el día de su triunfo electoral que lo convertía en la primera autoridad municipal de su comunidad, creí en él y me agrado muchísimo ver el compromiso dedicado y sacrificado de su esposa y de sus hijos adolescentes, apoyando entusiasmados por ver al esposo y ladre lograr el ansiado sueño.

Tan pronto me anuncio su gentil secretaria, mi buen amigo salió entusiasmadamente a recibirme y me invito a pasar a su cómodo despacho de alcaldía, al ingresar platicando llamo mi atención ver a una agraciada joven sentada en su escritorio, me invito a sentarme en el living que acompañaba a su amplia y moderna oficina, sin embargo nuestra breve y amigable conversación fue interrumpida por la fémina allí presente, me llamo la atención el dialogo entre ambos extremadamente sugerente de la inocultable conexión que existía entre ambos, mi amigo el alcalde logro descifrar mi desconcierto y sin ruborizarse me dijo te presento al amor de mi vida, para luego abrazarla y besarla ante mi atónito estupor, mi desconcierto me llevo a reprocharle, pero si tu estas casado, a lo que me interrumpió para decirme que sus abogados ya estaban viendo su proceso de divorcio, no pude evitar recriminarle al decirle que su esposa y sus hijos se habían toto el lomo para apoyarlo para que el llegara donde ahora se encontraba, que no me parecía justo lo que les estaba haciendo, a lo que con su rostro furibundo y una mirada fulminante me callo diciendo que era su vida, y que en su corazón mandaba el, Salí de ese municipio y de esa amistad con una profunda desilusión  y pena de pensar en la familia que había destruido, estaba frente a otro estúpido que se había embriagado con el poder, el dinero y el placer pensando que esa droga dura para siempre, pobre diablo, tiempo después fue vacado de su cargo como alcalde, simplemente lo perdió todo…

El poder es una droga adictiva, nos estimula a creer que somos máximos e invencibles, nos hace mirar desde los cielos lo que está ocurriendo allá abajo entre los mortales, el poder nos deslumbra y emborracha egocéntricamente.

El reciente escándalo que ha desestabilizado al Gobierno con la conducta del ex presidente del Consejo de ministros (PCM), Alberto Otárola Peñaranda, es completamente indigna y representa un insulto a la confianza depositada en los funcionarios públicos que operan en las más altas esferas del poder, profundiza la desconfianza del pueblo en la clase política y en la credibilidad de las instituciones. Lo más repudiable es el impacto que estos actos tienen en la estabilidad de nuestra democracia.

Los políticos que se engolosinan con el poder pierden el norte, tienen pánico a dejarlo, su miedo más grande es la perdida de los privilegios del poder, volver a ser ciudadanos de a pies, es una pesadilla terrorífica para los que gobiernan como reyezuelos.

Compartir:

Publicar un comentario

 
Designed by OddThemes & Best Wordpress Themes 2018
Copyright © Semanario Clarin Chiclayo | Contacto | Acerca De