* “El martes 10 esta censura será votada a una sustentación de uno de los autores, pero espero que esta pueda ser rebatida con argumentos procesales y evidénciales por el lado de los que se opondrán a ella. La dinámica del Congreso es así, pero mis amigos congresistas deben ser cautos para la dirección del debate y también ser hidalgos en reconocer que todos sin excepción entran y salen del hemiciclo y que ha dejado constancia de sus asistencia y votación a viva voz”.
Como no se veía
hace algunos años, la sesión del pleno del Congreso del 6 de junio terminó
entre gritos y desordenes. Ojo no debemos solo evaluar la imagen que vimos por
la televisión, sino que debemos evaluar las razones de ello. En primer
lugar, en el Congreso no gana el que más grita, lo he visto en otras
ocasiones y muchos parlamentarios lo hacen para deslegitimar votaciones que van
en contra de su ideología o de su perspectiva programática. Sabemos por ejemplo
que desde las canteras de la izquierda existen propuesta de reforma al sistema
pensionario que perforarían al sistema actual, pero también sabemos que en el
Congreso hay una comisión de reforma al sistema de pensiones que no ha dado
algún resultado concreto que se conozca.
Para lo que hemos
sido testigos de muchos episodios como el sucedido, sabemos que los
parlamentarios no está en sus escaños todo el tiempo y que entran y salen del
hemiciclo, es decir el número de congresistas que están en el recinto del
Congreso no es el mismo que el número de congresistas que están sentados en el
hemiciclo. Por ello es más importante que el presidente de turno convoque por
las líneas internas el llamado a los parlamentarios al momento de votar para
evitar interpretaciones negativas que cuestionen la legalidad y la legitimidad
de los autores que se toman en el pleno.
Hay en trámite
una censura contra el vicepresidente que quizás se la ha ganado por apurado ya
que existen votaciones seguidas, pero que los resultados fueron claros pero que
han originado cuestionamientos de varios sectores del Congreso.
Los congresistas
deben ser hidalgos en reconocer todos sin excepción entran y salen del
hemiciclo y que han dejado constancia de sus asistencia y votación a viva voz.
No se trata de defender a un lado ni al otro, solo trato de explicar cuál es la
dinámica de un órgano político. Los congresistas deben evaluar casi al
milímetro los movimientos del gran tablero llamado hemiciclo.
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