Cuando hay cambio
de Gobierno, sea nacional, regional o local, es perfectamente lógico y también
usual, que existan cambios en la planta de altos funcionarios y de asesores,
que tienen el carácter de cargos de confianza.
No se trata de
todos los funcionarios y asesores, sino de unos cuantos que deben tener
cercanía con el titular (sin nepotismo), como por ejemplo viceministros,
secretarios generales, gerentes municipales, directores de empresas públicas y
algunos otros cargos, pero sin exagerar la nota que debe existir la carrera
publica, con funcionarios que pertenecen a la institución y permanecen en ella,
por más que cambie su principal responsable, pues debe mantenerse la carrera
publica, para que no se vea afectada por los vaivenes que tiene la política.
Al hacerse
público los nombramientos, sea a través del diario oficial “El Peruano” o
por el portal institucional del respectivo ministerio u organismo público,
muchas veces nos encontramos con desagradables sorpresas, al verificar que se
ha nombrado para altísimos cargos a personas
que no solamente no tienen el perfil ,conocimiento y nivel adecuado para
la función que se les encomienda, sino que su prestigio esta por los suelos, la
hoja de vida o curriculum vitae pareciera que fue sustituida de antecedentes
judiciales y/o policiales.
Lo expuesto es de
horror, pues como los medios de prensa tienen muchas veces sus departamentos de
investigaciones periodísticas, de inmediato escudriñan en los antecedentes de
cada persona nombrada, para ver si tiene “anticuchos” como se dice en la
jerga criolla y coloquial, y nos muestran que en algunos o en muchos casos,
tienen más anticuchos que el conocidísimo “Abimael”.
Por supuesto que
las indagaciones de la prensa se dan a sus lectores, radioyentes, televidentes
y seguidores en redes, lo que ocasiona por lo general dos molestas situaciones.
Una es el
desprestigio de la autoridad que nombro por no haber tenido el tipo de haber
hecho las indagaciones y comprobaciones que no correspondían y, la otra, las
protestas que en todos los tonos expresan los ciudadanos, gobernados,
administrados y vecinos, para que se cambie a la personas o personas que no
merecen el puesto para el que se les ha nombrados y que muchas veces por los
antecedentes descubiertos. Lo señalado ocurre en casi todos los gobiernos, no
es exclusividad de ninguno, aunque hay gobiernos que son reiterantes en tan
mala práctica de no hacer las investigaciones de los antecedentes de quienes
pretende nombrar para cargos públicos. Para ello tienen los registros de
antecedentes policiales y judiciales, los registros de deudores de personas
alimenticias, los informes de la Contraloría General de la República, los
archivos de la Procuraduría General de la Nación, los archivos periodísticos y
como si fuere todo ello poco, puede hacer a través de Google y Wikipedia. ¡Créanlo,
no es difícil!
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