Logré asistir a un evento trujillano promovido por el Sector Producción, que estuvo enmarcado en los conceptos de emprendimiento e inteligencia artificial. Los cinco expositores se presentaron en un teatro totalmente lleno y los temas abordados estuvieron muy bien articulados al considerar que la automatización plena que nos dejó la pandemia no puede dejar a un lado al liderazgo imprescindible del factor humano.
Con mucha fuerza y razón se concluyó en el evento, que las
redes sociales, por sí mismas, no tienen una vida propia, sino que realmente
son instrumentos que deben ser empleadas para posicionar los nuevos negocios y
estar orientadas a la captación de clientes.
Algo que agradó mucho es la convicción de que es la
creatividad del emprendedor y de su equipo de trabajo la que obtiene los
mejores resultados debido a que se orientan a satisfacer la demanda de servicio
que pide la gente. Desde ese punto de vista, si el emprendedor se involucra en
la intimidad del cliente, podrá articular exitosamente con él, garantizándole
que con sus productos y/o sus servicios realmente encontrará la satisfacción
que exige.
Los conceptos que se oyeron estaban muy orientados a
cultivar iniciativa y no a sentarse a esperar pacientemente que lo que tu
colocas en mercado se venda solamente porque lo has publicado en Tiktok. Así no
funcionan las cosas. Es más, considerando la velocidad y cobertura de todo lo
virtual, si cometes un solo error, todo el planeta lo sabrá de inmediato y por
esta razón tu emprendimiento fracasará instantáneamente.
En cambio, si tus actitudes son las correctas, si actúas con
honestidad e integridad, las posibilidades de tus negocios se harán infinitas y
a la vuelta de un año, tus miles de seguidores en redes sociales se convertirán
en decenas de miles de soles cosechados gracias a tu iniciativa e inteligencia.
Forzando un poco los significados encontramos que, esta
palabrita: “INTELIGENCIA” no significa que te aprendas de memoria el millón de
páginas de un libro o toda la serie de videos de YouTube. Ahora más que nunca,
ser inteligente es conectarse con la gente.
Y de ese buen entendimiento brota la riqueza, tu riqueza,
que persigues como destino permanente cultivado y se transforma en cosecha
segura cuando una persona, un apellido o una marca, garantizan que todo lo que
se oferta bajo ese nombre es legítimo y bueno y no habrá ni un retazo de riesgo
de engaño o falsedad en la transacción comercial. Sabido es que las estafas
únicamente se cometen en una oportunidad y su beneficio es pasajero.
En cambio, la honestidad asegura perennidad y buena
recordación, lo cual se traduce en facturación muy atractiva y en el progreso
para grupos familiares o empresas asociadas en clubes empresariales.
Una mirada sembrada muy fuerte en el evento fue la presencia
innegable del Puerto de Chancay como oportunidad para desarrollar la producción
agrícola trujillana y también su manufactura en calzado y vestimenta.
Allá, en La Libertad, no están discutiendo en recuperar un
puerto, como es el caso de Salaverry, sino que están preocupados en conectarse
rápidamente con el gigantesco imán que representa Chancay en el futuro
inmediato de nuestro país.
Gracias al motor de los Centros de Innovación Tecnológica de
los cuales la Libertad cuenta con dos, el CITECCAL de cuero y calzado; y el
CHAVIMOCHIC de innovación en la producción; nuestros vecinos trujillanos
caminan decididamente al futuro inmediato y a la respuesta a la gran demanda
que surgirá por la articulación de Chancay con cuatro de los mayores puertos
del planeta, ubicados en las costas asiáticas que miran directamente al Perú.
En suma, los liberteños no pierden tiempo en discusiones de
política o en que la vicegobernadora no cuenta con el apoyo del gobernador. Eso
a los emprendedores no les interesa. Lo que les preocupa es armar muy pronto
líneas de producción en gran escala que permitan atender la demanda que
significará venderle a China, a la India, a Corea o al Japón.
Me pregunto ¿por qué Lambayeque no tiene el mismo
comportamiento social y empresarial?
Por acá, en Lambayeque, el Ministerio de la Producción no
cuenta con un CITE que lo represente ni hay un liderazgo que construya de
inmediato soluciones.
Por acá, el discurso sonoro llena de globos de ilusiones al
escenario y la bulla de los aplausos alquilados no deja escuchar a los
empresarios, muchos de ellos muy jóvenes, quienes no son atendidos ni
escuchados porque los políticos solo están pensando en ser reelectos y las
autoridades locales se venden a quien les ofrezca mañana un viaje a la China o
ser el número uno en la lista de diputados para las elecciones del 2026, cuando
un tal Periquito alcance a ser “presidente”.
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