Durante una reunión del Consejo de Seguridad pedida por
Moscú, el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, estimó que el
secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, formuló declaraciones
ligeras contra el régimen sirio al hacerlo responsable de un nuevo presunto
ataque con armas químicas contra un enclave rebelde en la Guta oriental y al
"tratar de comprometer también a Rusia".
"¿No es extraño que este episodio -que todavía hay que
confirmar- coincida con la reunión de París" sobre las armas químicas?, se
preguntó. "Es una extraña coincidencia".
Durante la reunión del Consejo en Nueva York, Nebenzia
relanzó la idea de "un nuevo órgano internacional de investigación"
sobre el empleo de armas químicas en Siria, que remplazaría a los expertos
internacionales del grupo JIM, cuyo mandato no pudo ser renovado en razón de un
veto ruso.
Moscú hizo circular además un proyecto de resolución que
promueve la creación de este nuevo mecanismo, que contrariamente al JIM, cuya
legitimidad Rusia cuestionó durante meses, sería "verdaderamente
imparcial, independiente, profesional y creíble".
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, dio a
entender de inmediato que la propuesta rusa no tiene posibilidad alguna de ser
adoptada.
"No aceptaremos ninguna propuesta rusa que mine nuestra
capacidad de establecer la verdad o que politice una investigación
independiente e imparcial", declaró.
Haley observó que Moscú respaldó al JIM mientras sus
investigadores cuestionaron al grupo Estado Islámico pero dejó de apoyarlo
cuando acusaron al gobierno sirio.
Un nuevo ciclo de negociaciones por la paz en Siria se
desarrollará en Viena los días 25 y 26 de enero bajo la égida de la ONU,
mientras Rusia reunirá a un Congreso de diálogo intersirio entre el 29 y el 30
de enero en Sotchi.
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