Mi
padre conversaba mucho sobre Víctor Raúl con amigos y compañeros, yo escuchaba
se iba grabando le egregia personalidad del líder indoamericano, mi padre
agricultor sin hablarme jamás para convertirme en aprista, me llevaba de la
mano a esas aventuras partidarias que más tarde serian mi ideal y mi
crecimiento político, cuya militancia se inicio en 1960 cuando ingrese a la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, joven y adolescente mi inquietud por
el partido se hacía más patente; en el año 1957,Victor Raúl regresaba del destierro.
Todo el pueblo del Perú quería verlo, escucharlo, saludarlo y estrecharle su
mano fraterna.
Mi padre me trajo a Lima un día de Julio de
ese año, donde Víctor Raúl se iba a dirigir al pueblo de Lima en la Plaza San Martin,
fue ahí donde lo vi por primera vez, el grito de ¡Víctor Raúl! Era la bandera de fe, esperanza y decisión de lucha,
era un ser casi celestial que reflejaba una gloria suprema, parecía elevarse
sobre lo humano, transportado del Olimpo, ciertamente era un “Hombre extraordinario de otra dimensión “así
evocaba el fundador del aprismo, uno de sus hijos predilectos, el Doctor Genaro
Ramón Vélez Castro, cuando estamos a escasos días de celebrar los 116 años de
su nacimiento en la ciudad heroica de Trujillo.
“Arribe
a la ciudad de Lima con mi padre el mismo día en que Víctor Raúl regresaba del exilio,
estuvimos en la plaza San Martin desde las 6 de la tarde. Haya tardaba, pues
desde Puente de Piedra se había formado un gran callejón humano que no lo
dejaba pasar, la gente quería saludarlo y el jefe hacia sus paradas como
estaciones de fe. Hasta que después de cuatro horas el presentador anuncio su
presencia y a una sola voz ¡Víctor Raúl!, Víctor Raúl!, el pueblo saludaba
a su jefe, el cual con su brazo izquierdo en alto y con su clásico pañuelo blanco,
corresponde el cariño popular, cuando vi que su rostro adquiría un resplandor impresionante.
Allí estaba frente a cien mil peruanos que colmaban la plaza, el líder
indoamericano para hablarle a su pueblo al que tanto amo y ama mas allá de la muerte”,
nos dice emocionado Genaro Vélez.
Con
lujo de detalles nos cuenta que en las circunstancias que se esperaba a Víctor Raúl
,en la Plaza San Martin se hablaba insistentemente, de una posible renuncia de
Manuel Seoane al Partido del Pueblo, la masa se inquieto mucho por estos
rumores que la entristecían. Pero desde el estrado los líderes del aprismo
dieron una gran lección de unidad y rotunda mentira a las intrigas de nuestros
adversarios.
Ramiro
Priale dio la bienvenida diciendo: ¡Víctor
Raúl, aquí tienes a tu pueblo, pueblo aquí esta Víctor Raúl! La multitud
pidió a una sola voz que hable el “cachorro
“Manuel Seoane y en su gesto juguetón y fraterno que evocaba seguramente los
años mozos que combatieron juntos contra la tiranía de Leguía en 1023, Victor Raúl
empujo a Seoane para que haga uso de la palabra. Como extraordinario orador “el
cachorro” Seoane cautivo a las masas rindiendo homenaje al maestro.
Reconociendo su liderazgo indiscutible. “Tú
sigues siendo el Jefe” le dijo, al mismo tiempo que destacaba su sacrificio
por defender los derechos de millones de peruanos y por haber alcanzado la
categoría suprema de ser el conductor de América Latina y el filósofo de los tiempos
nuevos. Aquella noche la unidad del partido quedo sellada con una reafirmación
de lealtad, porque “Unidos todo lo podemos,
divididos no somos nada”.
Recuerdo
que durante mi época de universitario en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
los jóvenes de mi generación acudíamos todos los días a la Casa del Pueblo en
Alfonso Ugarte, y cuando no estábamos en la jefatura en la Sala Libertad y allí
dialogábamos con el maestro Víctor Raúl hasta altas horas de la madrugada.
Hacía gala de una cultura general y humanista, dominaba todos los temas, nos
hablaba de literatura, filosofía, historia, geografía y hasta de matemática y
de física, a esas alturas tenía una idea fija de la era cibernética que más
tarde nos insertaría en la modernidad, que Haya ya avizoraba con su concepción
dialéctica y su condición relativista de la historia” agrega el doctor Genaro Vélez.
En
Villa Mercedes, hogar de Víctor Raúl compartimos reuniones interminables con el
Jefe, especialmente los días sábados y Domingos. Íbamos cantando como una invitación,
“UN DOMINGO CUALQUIERA TE ESPERO EN LA
CASA DEL MAESTRO VICTOR RAUL…” Y también aquella tonada de vals “Seamos
leales al aprismo compañeros, el ejemplo nos lo da Víctor Raúl, seamos leales
tercamente compañeros…,el Apra legión de valientes que a este continente quiere
unificar…los pueblos de Allende y el Caribe al fin se unirán…con Bolívar y Haya
de la Torre el mismo camino de la libertad”. Pero era infaltable la Marcha de
los Caídos como homenaje a los miles de mártires del aprismo y nuestro Himno de
la Libertad, la Marsellesa Aprista que Arturo Sabroso escribió y el Pueblo la
Perennizo”.
Cuando
le pregunte a Don Genaro, por los personajes que estaban presente siempre en Víctor
Raúl, nos dijo que los nombres de Manuel Gonzales Prada, Ricardo Palma, César Vallejo,
Alberto Hidalgo, Antenor Orrego entre otros siempre era tema de conversación
con el maestro. Pero era el recuerdo de Manuel Arévalo, el mártir del aprismo,
el que más lo emocionaba.”Víctor Raúl consideraba a Manuel Arévalo como un santo,
decía que por la grandeza de su alma se había quedado entre nosotros desde el día
de su sacrificio.
Fue
mártir pero también entrego su alma para protegernos de la persecución y de la muerte.
Cierta vez en plena persecución nos conto el jefe que el vehículo que transitaba
(piloteado por Juan de las Casas Grive), fue intervenido por un soldado que lo
miro fijamente con los ojos inyectados de odio, apuntando su fusil para
asesinarlo. Sucedió entonces que Víctor Raúl invoco la memoria de su amigo y compañero,
diciendo: ¡MANUEL SALVAME! En esas
circunstancias el soldado giro el arma y le hizo una señal al jefe que continuara
su camino. Nos faltaba el soplo de lo cósmico que había que pedírselo a los muertos,
recordaba mucho su discurso en Trujillo después que fue excarcelado durante el
gobierno de Benavides, cuando dijo ¡Estamos de nuevo juntos, porque siempre
hemos estado limpios!.
Nos
conto Víctor Raúl que en plena persecución cuando Manuel Arévalo dirigía la resistencia
en el norte del País y la persecución era feroz, un dia a Manuel le provoco
comer buñuelos y pregunto a sus acompañantes donde podían comprarlos, todos le
dijeron que solo vendían en la Plaza de Armas de Trujillo, pero el riesgo era tremendo,
Arévalo replico: Nos disfrazaremos, se coloco un poncho, un sombrero, una chalina,
sus acompañantes también se disfrazaron, estando ya en la Plaza de Armas de
Trujillo pidieron buñuelos, después que terminaron de comerlos, Manuel pregunto
a la vendedora ¿Cuánto le debo señora? La
dama respondió: ¡Nada compañero Arévalo!
Dicha mujer que lo reconoció, lo trato con cariño y jamás lo delato.
Prosiguiendo
su relato el Dr. Genaro Vélez, el Jefe del partido le dio varios encargos,
entre ellos, gestionar la libertad de los militantes que estaban recluidos en
Matucana y en Arequipa, injustamente y por errores judiciales, recuerdo que
Guillermo García me busco y me comunico que el jefe quería verme, fue así que
viaje a esas dos ciudades y logre su libertad, regresando a Lima con uno de
ellos para darle cuenta al maestro Víctor Raúl.”Misión cumplida compañero Jefe aquí traigo a uno de los compañeros y
el otro se quedo en su tierra, Arequipa”, entonces Haya sonriente me dijo, “muy bien compañero, gracias, muchas gracias,
tú no sabes lo valiosa que es la libertad”.
Ahora
en pleno siglo XXI es abogado personal de nuestro ex Presidente. Dr. Alan García
Pérez, lo hace con esmero, lealtad y junto con el viene impulsando la gran
revolución democrática y popular y han llevado energía eléctrica a todo el Perú,
logrando la verdadera inclusión social, gracias al exitoso gobierno del Partido
que fundara el maestro Víctor Raúl que sigue los postulados de Justicia Social
formulados por Víctor Raúl Haya de la Torre hace mas de 80 años.
“Los verdaderos apristas debemos
seguir el ejemplo de Víctor Raúl que entrego su vida por la causa del pueblo,
por los ideales de la Justicia Social, la Libertad y el Bienestar Común, su Vocación
Pedagógica, durante toda su vida de verdadero MAESTRO, así como su estatura
moral y su existencia austera, sencilla y la grandeza de su conducta son
ejemplos a seguir.”
Invito
a los jóvenes de las nuevas generaciones a leer la biografía de Haya de la
Torre y estudiar su pensamiento con criterio dialectico y relativista. Solo de
esa manera podemos comprobar que aquí en el Perú nació el más grande pensador
de la América morena, su sabiduría podemos decir sin temor a equivocarnos que
la compara con la de PLATON Y Sócrates, es nuestro gran inspirador que se elevo
como el ideólogo moderno de la Universidad Continental, del Antiimperialismo, del
Filosofo del Espacio-Tiempo Historico,del luchador indesmayable por la Libertad, la
Justicia y los Derechos de todos los Peruanos. Porque el Aprismo nació como el
Frente Único de clases explotadas y seguirá luchando hasta conquistar los
derechos aun pendiente de los miles de peruanos”.
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