- Los hidrocarburos y la pesca pueden ir juntos.
No comparto la fe de los
conversos por su fanatismo en el nuevo credo tratando de imponer el renovado
evangelio, sin embargo el artículo de Fernando Rospigliosi, “Refinería sin petróleo para refinar”
publicado en El Comercio 26/05/18, resulta de interés en lo referente a la
necesidad de promover las inversiones exploratorias de hidrocarburos en el
Zócalo Continental y aguas profundas.
Estos capitales de inversión son
necesarios para alcanzar la autonomía energética que nos permita cada vez
depender lo menos posible del petróleo importado, pues hoy compramos afuera más
de 180 mil barriles diarios entre petróleo crudo y diésel limpio lo cual agrava
el déficit de nuestra balanza comercial de hidrocarburos.
Es más, de ser positivas dichas
inversiones, con la nueva producción se podrá satisfacer el propio interés
público para obtener un mayor canon y sobrecanon petrolero que resulta
equivalente al 18.75 % sobre el valor de la producción gracias a la ley de
homologación del canon de petróleo y gas (2011). Es decir, con más petróleo en
producción, mayores serán los ingresos para los gobiernos locales y regionales
de donde se explotan los recursos naturales.
Con tales inversiones de riesgo
se pretende incrementar las reservas de hidrocarburos en especial de petróleo
crudo, que tanto demandaría la modernizada refinería de Talara a partir del
2022, cuando estén en funcionamiento pleno las diversas unidades que han de
convertir a la refinería de PetroPerú, en una de las más complejas y modernas
de América Latina.
Sin embargo, no comparto con
Rospigliosi, excomunista él mismo y ahora partidario del libre mercado, la
satanización y hasta cierto punto victimización que hace del congresista Manuel
Dammert, que con todos sus errores, debilidades y fortalezas tiene una posición
patriótica en defensa de la soberanía nacional, de la autonomía energética, y
defensa de los recursos naturales que en cierta medida compartimos.
En verdad, con la refinería
modernizada y sus unidades en plena operación la refinería de Talara demandará
95 mil barriles diarios de petróleo para poder abastecer en parte el mercado
interno de combustibles. Sin embargo, cuestión que se soslaya en el referido
artículo, es que la producción doméstica de petróleo viene experimentando una
pertinaz caída desde 1995 cuando se producía en el país un promedio de 125 mil
barriles diarios para en el presente no sumar ni los 45 mil barriles diarios.
Por tanto se podría afirmar que la
transferencia de los lotes y reservas probadas de los diversos lotes que
detentaba PetroPerú en razón de la privatización en el sector de hidrocarburos
ha constituido un rotundo fracaso, si se trata de analizar el objetivo
principal que se pretendió alcanzar con la privatización fragmentada de la
petrolera estatal: aumentar la producción y las reservas de crudo
Por ello constituye una fragante
contradicción de Dammert y feligreses el apostar por la modernización de la
refinería de Talara y al mismo tiempo oponerse a las inversiones exploratorias,
actividades que conllevan riesgo como ha sido el caso de los contratos
derogados de la petrolera irlandesa Tulow en los lotes mar adentro (off-shore),
con el pretendido argumento de posibles daños ambientales y afectación a los
pescadores artesanales.
Esta empresa Tulow pretendía
invertir US $ 200 millones de dólares en los lotes de aguas profundas, Z-64
frente a Tumbes, Z-65 frente a Piura, Z-66 frente a Lambayeque, y los lotes
Z-67 y Z-68 entre La Libertad y Ancash, en contratos supervisados por la
agencia estatal de contratos PerúPetro, y refrendados por los ministros de
economía, energía y minas salientes y con la firma de última hora del ex
presidente lobista Pedro Pablo Kuczynski.
Lamentablemente con la derogación
de los decretos supremos por el gobierno del presidente Vizcarra, que
refrendaban los contratos de exploración de hidrocarburos el gobierno actual
estaría reconociendo en razón de la presión social, que no hubo la necesaria
transparencia, difusión e información a los que de una u otra forma se verían
afectados por la actividad exploratoria que implican el uso de explosivos en la
sísmica en el 0.002% del territorio por explorar.
PIURA: LA MASIFICACIÓN FRUSTRADA
Soy testigo de excepción de los esfuerzos
empresariales por masificar el gas natural del lote Z-2B bajo responsabilidad
de la petrolera Savia conformada por dos petroleras estatales, Ecopetrol de
Colombia y KNOC de Corea del Sur, que hacia el 2012 pretendían conectar un
ducto submarino de gas de varios kilómetros desde sus operaciones en el mar a
la Bahía de Sechura, con la finalidad de trasladar más de 50 millones de pies
cúbicos diarios de gas natural, que hoy lamentablemente se tienen que
reinyectar, por la oposición de grupos de presión asociados a la pesca y
marisquería de exportación.
En ese entonces con la
participación de congresistas del nacionalismo representando a Piura,
levantando las banderas de la demagogia y el populismo irresponsable, se
opusieron a las inversiones de Savia que hubiesen permitido la masificación del
gas natural en Sechura, Talara, Sullana y la capital Piura, monetizando es
decir poniendo en valor un recurso natural que hoy no se aprovecha.
Hoy igualmente el fujimorismo y
sectores irresponsables de la izquierda que no asumen la necesidad de las
inversiones en la creación de la riqueza, para generar los recursos económicos,
vía canon y regalías, que nos permitan luchar contra la pobreza y el
subdesarrollo, explotando de manera racional los recursos naturales.
Así, el congresista fujimorista
Freddy Sarmiento engreído de la Keiko Fujimori como “Presidente de la Comisión
de Producción, Mype y Cooperativas del Congreso” señalaba que “La pesca pesa
más que la explotación de petróleo en el norte, porque esta zona alberga la
mayor cantidad de fauna marina del país. Si ocurre un derrame de crudo se
acabará el cebiche por años” El Comercio 14/5/18
Sin embargo lo que no dice este
honorable padre de la patria asociado en sus orígenes como empresario pesquero,
es que Piura es un departamento donde la exploración y explotación de
hidrocarburos en el mar data desde 1952, cuando en el hoy denominado lote Z-2B
operaba la Belco Petroleum, luego la filial de PetroPerú, Petromar hacia 1987,
para ser sustituida por la cuestionada petrolera Petrotech (1994) y luego la
mencionada Savia.
Mientras en los diversos puertos
de Piura se desembarcan históricamente un promedio de 580 mil toneladas brutas
anuales de recursos pesqueros para consumo humano, siendo Paita el principal
puerto de desembarque con 450 mil toneladas, el canon pesquero percibido por el
departamento piurano en los tres últimos años no supera los 3 millones de
soles, como puede observarse en el cuadro “Lo
Que Recibe Piura Por Canon Pesquero, Minero y Petrolero 2012- 2017”.
En cambio a pesar de la
disminución de la producción de crudo en Piura, el canon y sobrecanon petrolero
llegó a sumar los 650 millones de soles en 2012 para derrumbarse en los últimos
tres años por los bajos precios internacionales y menores volúmenes extraídos
para llegar a los 308 millones en el 2017, que dicho sea de paso se
redistribuyen entre todas las provincias, distritos, gobierno regional y
universidad pública.
Estos montos del canon y
sobrecanon petrolero producto de la explotación del crudo y gas para el
departamento piurano en gran medida (un tercio) se explican por las operaciones
en el Zócalo Continental en una explotación que tiene más de 60 años en el Z-2B
y Z-1, y que contribuyen con los gobiernos locales y regionales con mucho más
recursos que los provenientes de la actividad pesquera.
Una propuesta moderna, seria y
responsable debe reconocer que la explotación de los hidrocarburos es
absolutamente compatible con la actividad pesquera en especial artesanal, y que
resulta un imperativo público superar la grave contaminación ambiental del Mar
de Grau generada por toda actividad empresarial.
Publicar un comentario