(Expreso) Panamericana Televisión ha resumido la situación: en el seno del gobierno las puñaladas son más numerosas que los acuerdos entre los “gorgojos” (parlamentarios dejados de lado) y los “pitucos” (del círculo directo de PPK, Zavala y Aráoz), según el comentarista Fernando Vivas.
Lo
que ocurre es un clásico criollo: Peruanos Por el Kambio solo fue un club
electoral cobijado por el partido – vientre de alquiler de propiedad de
Salvador Heresi. Pasada la euforia inicial, la división es clarísima. De un
lado están los tecnócratas y empresarios amigos del Presidente metidos a
controlar el Estado; y del otro lado las “bases”, que sufrieron la gota gorda
electoral y hoy son ignoradas. La bancada parlamentaria dividida y cuchillera
se agrupa de diversas maneras dependiendo del tema, sin reflejos coherentes
frente a la oposición avasallante de FP.
PPK
no es un líder sino un nubenauta que suele excederse, hacer el ridículo o
proteger a sus amigos lobistas.
El
verdadero poder se ha reconcentrado en Fernando Zavala sobre quien muchos
teníamos esperanzas por tratarse de un técnico joven, pero que se ha creído el
rol del gran chambelán soberbio y todopoderoso, a sabiendas de que su jefe es
como el rey desnudo que solo ve su capa imaginaria en el espejo del club de
golf.
Zavala
maneja un Gabinete incoherente y argollero, rodeado por asesores caviares. No
tiene reflejos ni operadores políticos, reconcentra el mando en la PCM y el
MEF, olvidó el rol concertador y cada día es más vanidoso y busca pleitos con
sus correligionarios. Pero también cada vez más es responsable por la debacle
del país. Como denuncia el maestro Juan Mendoza, simplemente se está estafando
a los peruanos con proyectos absurdos como el de Talara, la línea 2 del metro,
el gasoducto sur, el mantenimiento de empresas peruanas vinculadas a Odebrecht,
el blindaje a Toledo, el otorgamiento de cientos de millones para una industria
cinematográfica hoy innecesaria, un gasto publicitario enorme, etc. La estratagema
es “mover” la economía endeudando al país para que hoy haya sensación
reactivadora a costa de que mañana hasta nuestros nietos paguen bonos emitidos
sin transparencia.
Entre
tanto la crisis social se desborda, el terrorismo se reagrupa, la inversión se
contrae y la pobreza recrudece.
¿La solución?
Destituir a Zavala, cambiar el Gabinete y
lograr un auténtico pacto de gobernabilidad con la oposición.
¿Podrá
PPK reaccionar con entereza y coherencia?
Francamente, lo dudo.
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