LA RADIO SE ALEJA DE LA GENTE

Por: Max Obregón Rossi
(DiarioUNO) Durante años la frase “la radio está más cerca de la gente” fue usada por los broadcasters como caballito de batalla para enfrentar la pérdida de publicidad que, a velocidades increíbles, iba desplazándose a la televisión. Fue la manera cómo los empresarios intentaron evitar que se les fuera de sus manos esa importante inversión de los anunciadores.
Así, la pantalla chica ganó protagonismo debido a su importante rating e influencia nacional (según datos oficiales del INEI, existen más televisores que cocinas) y todos nos enfocamos en ella, criticando no solo la televisión basura que se produce sino los cientos de horas semanales de violencia informativa a través de sus noticiarios.

Pero valgan verdades, en verdad la radio está muy cerca de la gente. Lo está en la FM de Lima y el resto de ciudades importantes del país como también lo está en la AM, sobre todo para los ciudadanos de lejanas provincias peruanas.
Pero, al dirigir todos nuestros reflectores hacia la televisión, descuidamos lo que se transmite en las radioemisoras que -de paso- cada vez son más costosas. Solo como información, en la última subasta para obtener una licencia radial en Huaycán (ni siquiera en todo Ate) se pagaron más de 600 mil soles. ¿Cuál es el negocio?
En días pasados, en radio La Karibeña (perteneciente a la familia Capuñay), un locutor de esos que inician el día con noticias, imitaciones y música le preguntaba a un oyente “¿sabes por qué a la mujer le dicen boomerang? ¿Por qué? Porque si la tiras bien, regresa”. O en otra emisora de la misma familia (radio Exitosa), el comentarista Gonzalo Núñez insultó a una invitada suya, una clarividente, y la llamó “vieja decrépita, estafadora, bruja, conchuda”, todo porque pronosticó que Perú no iría al mundial de Rusia y que el clasificado sería Nueva Zelanda.
Pero estos excesos no son exclusivos de medios capitalinos, en el interior del país, los sicarios mediáticos (esos que alquilan espacios y se convierten en “periodistas”) son pan de cada día. Uno de los más saltantes fue Elar Silupú (también de radio Exitosa, pero en Piura) quien agredió a la directora de Educación de esa región al decir que a esa funcionaria le faltaba sexo y por eso vivía amargada. El tipo inicialmente fue despedido y repuesto a los pocos días por esos misterios que tiene la vida.

Y menciono estos tres ejemplos de la nueva importante cadena radial (Corporación Universal o familia Capuñay) porque, mientras mantienen en planilla a trogloditas para conducir y dirigir sus programas, por el otro lado incumplen las disposiciones que le exige el Poder Judicial. Hasta ahora desacatan la reposición de dos destacados colegas: Manuel Tarazona y Gisella Sotelo; el primero fundador y creador del estilo periodístico en Exitosa y la segunda reconocida profesional y conductora, ambos despedidos hace años sin motivo alguno y sin reconocerles ni un sol de indemnización. Hace meses que el caso se resolvió de manera definitiva y, simplemente, excretan sobre la autoridad. ¡Qué lindo es mi Perú!
(*) Decano nacional del Colegio de Periodistas del Perú.

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