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Foto: Andina |
Delante de las reliquias de estos cinco santos, en el altar
mayor de la Catedral de Lima, el Santo Padre agradeció a Dios por los dones de
santidad que han permitido al Perú tener la oportunidad de gozar de estos
personajes cristianos.
“Fecundada por el trabajo apostólico de santo Toribio;
engrandecida por la oración, penitencia y caridad de santa Rosa de Lima y san
Martín de Porres, adornada por el celo misionero de san Francisco Solano y el
servicio humilde de san Juan Masías”, rezó humildemente el Vicario de Cristo.
En otro momento de su oración, el Sumo Pontífice pidió ayuda
a Dios para seguir construyendo iglesia, acercándose a toda la humanidad y en
especial a los menos favorecidos.
“Enséñanos a ser discípulos y misioneros de Jesucristo y del
Señor de los Milagros, viviendo el amor, buscando la unidad y practicando la
misericordia para que, protegidos por la intercesión de Nuestra Señora de la
Evangelización, vivamos y anunciemos al mundo el gozo del evangelio”, destacó.
Por último, invocó al Señor a librar a la humanidad de toda
perturbación y afiance sus corazones en
el amor para que, enriquecidos por los dones de la fe, la esperanza y la
caridad, abunden en esta vida en buenas obras y alcancen sus frutos en la
eterna.
“La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu
Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre”, concluyó el sucesor
de Pedro.
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