EL PERIODISMO UNA PROFESIÓN APASIONANTE Y RIESGOSA



Mis primeras líneas son para agradecer a Dios por permitirme seguir ejerciendo el periodismo en libertad, con responsabilidad y de manera ética. Más de 25 años en la práctica periodística y con privilegio en la prensa, radio, televisión y ahora en las redes sociales
Desde que abrazo esta apasionante carrera a la fecha ha habido cambios muy severos, cambios a los que me he adaptado para continuar en esta riesgosa profesión. El ejercicio periodístico exige de los profesionales de la comunicación una práctica ética en cada trabajo que mostramos a la población, pues se trata de moldear la opinión pública y para ello se exige mostrar la verdad o aproximarnos a ella. La verdad absoluta la tiene Dios.
Nuestro vocabulario es rico en palabras y con ella podemos construir información, opinión y análisis que ayude a la población y el oriente para formarse una idea de la realidad, esa que los periodistas exponemos a través de los medios. Hoy en día escuchamos en radio de manera cotidiana el insulto y calificativo peyorativo contra autoridades, empresarios, políticos y cualquiera que por no tener la simpatía del “comunicador” se vuelve en blanco de la calumnia, la difamación o la injuria, sin que nadie regule este ejercicio antiético que deshonra a los verdaderos periodistas.  
Nadie puede negar que es a través del periodismo que educamos, culturizamos, entretenemos y, obviamente, informamos los acontecimientos que hacen noticia y que interesan a la ciudadanía, a la opinión pública.
 Esta es la hora de reflexión para los hombres y mujeres que abrazamos el periodismo para entregarle a nuestra comunidad un ejercicio periodístico de calidad que nos atañe no solo a los periodistas, sino a todos los medios de comunicación y a los ciudadanos a los que va dirigida la información.
Por ello exhorto a los tribunales de ética, consejos de la prensa, a los colectivos ciudadanos a ejercer una fiscalización permanente en quienes ejercemos el periodismo en todas sus modalidades, pues a través de la pluma, la imagen o la palabra, o redes sociales, con lo que exponemos contribuimos a la paz, al desarrollo, a la cultura y a la educación. Si hacemos lo incorrecto contribuimos a todo aquello que daña a la sociedad, por lo tanto nuestro ejercicio tiene que ser asumido con entera ética, demostrando que siendo buenos profesionales somos mejores personas y ciudadanos. 
Creo que todos los días en nuestro ejercicio, es inevitable recordar la ya célebre frase del escritor Gabriel García Márquez: "La ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón".
Y aquí reafirmo lo que siempre señalo, que la coherencia nos tiene que acompañar siempre, no se es buen periodista y mala persona o viceversa. La calidad técnica del periodista no se puede separar de lo ético.
Es por ello que en esta edición quiero mostrar a ustedes queridos lectores que en Lambayeque hay ejemplos claros de lo que se puede lograr como periodistas y personas. Hoy expongo tres historias distintas de tres épocas diferentes y con tres periodistas respetables y admirables. Cecilia Vidaurre Nieto, recordada reportera, periodista, conductora de programas periodísticos, con experiencia en radio, prensa y televisión, que tuvo siempre fija su visión en lo académico, de allí que ahora sea formadora de los futuros periodistas o comunicadores y que recientemente haya obtenido el grado de doctora. Ella conforma un hogar feliz y su ejemplo hoy se plasma en sus jóvenes hijos.
Y muestro en las páginas de Clarín el ejercicio de  años de labor de un hombre que poco a poco nos ha demostrado que sí es posible cumplir el sueño de las dos profesiones afines. 
A lo largo de mi ejercicio profesional y en la dirección de Clarín, en estos  años de circulación, he aprendido que para dar calidad periodística a nuestros seguidores esta tiene que estar obligadamente acompañada de la ética. Digamos que son aspectos siameses. 
Y aquí reconozco una vez más que la ética aplicada al trabajo periodístico está ligada a los valores morales de quien ejerce esa tarea, y esta tiene que ver con el sistema de valores y costumbres de la sociedad en donde vive, con qué y cómo quiere comunicar a su comunidad, y, sobre todo, con el deber, en relación consigo mismo y con los demás: como dice Hazel Barnes.
Sin duda ser ético es personal y libre. Y como dijo José Martí, el buen medio solo puede ser producido por buenas personas, punto de partida para llegar a ser buenos periodistas.
 En Clarín tratamos semana a semana de serlo, porque nos hemos convertido en un referente de buen ejercicio periodístico en el que la acuciosidad, constatación, investigación, cruce de información y búsqueda de la verdad son las tareas que nos imponemos para entregar lo mejor de nuestra labor.
También creo que si volviera a nacer elegiría ser periodista, así: terco, corajudo, empecinado, perseverante, y siempre creyente en los grandes desafíos que la vida nos presenta. 

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