"Echa sobre el
Señor tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al
justo".
(Familias) Cuando pasamos por épocas oscuras, sentimos que no vamos a
salir nunca de ellas. En esos momentos todo se torna triste y nos invade un
sentimiento de agobio que no se mitiga con nada; ni siquiera con el apoyo o el
optimismo de quienes nos aman.
Es más, esas muestras de apoyo muchas veces generan
desesperación. Es que, ¿cómo puede alguien atreverse a tratar de influir de
manera positiva en nosotros cuando estamos «en la lona»? Sí, es raro, pero esas
muestras de ánimo pueden llegar a ser mal recibidas.
TODOS PODEMOS CAMBIAR LA PERSPECTIVA
Pese a eso, siempre podemos dar un giro a esa perspectiva
tan negativa que adoptamos durante las tribulaciones ¿Es difícil hacerlo? Sí,
pero no imposible.
En mi caso personal aborrecía que alguien llegara a
animarme, pero como todos los seres humanos podemos cambiar para mejor, pues
ese cambio se obró en mí. Fue en ese momento cuando comencé a ver las
situaciones difíciles como lecciones de las que debía aprender algo. Además
de eso, supe que necesitaba mantener la mente clara y buen ánimo para que
no se me hicieran tan pesadas, y lo hice.
¿CÓMO LO LOGRÉ?
Bueno, en realidad me di cuenta porque fui testigo de cómo
la vida bendice cuando uno se empeña en tener una buena actitud y fe. Tuve para
ello el ejemplo de una antigua compañera de universidad que no duraba en sus
baches muchos tiempo; todo gracias a que siempre tenía una buena actitud. Ella
fue el ejemplo que cambió mi vida.
Yo llevaba años estancada y con un intenso malestar. Me
preguntaba de manera constante qué era lo que hacía mal en mi vida para merecer
tanta ruina. Una noche me arrodillé y oré por ayuda, y la
obtuve. La respuesta me cayó como agua fría. Fue como si alguien me dijera:
«cambia tu actitud y todo a tu alrededor cambiará para bien», y así fue.
Comencé a forzarme a mantener un buen ánimo; costó mucho
porque muchas veces solo deseaba odiar a todos los que eran felices. Me empeñé
en dar gracias a Dios por las cosas que ponía en mi vida. Así fue
como me di cuenta que tenía más cosas de las que ser agradecida, que de las que
amargarme porque no tenía.
Un día ya no tuve que forzarme a tener una buena actitud, se
volvió algo natural en mí.
Me volví una persona optimista y con fe pues empecé a ver
«el vaso medio lleno».
Opté entonces por alejarme de las suposiciones y comencé a
basarme en los hechos para llegar a las conclusiones acertadas; fue entonces
cuando descubrí que a veces se sufre más por lo que uno imagina que por lo que
realmente sucede.
Puedes optar por lo que te recomiendo. Sin embargo, también
puedes apoyarte en las escrituras mientras estás en tu proceso de cambio de
actitud; en realidad, te harán el cambio más fácil y te motivarás más.
ESCRITURAS COMO FUENTE DE APOYO
Las escrituras son un excelente complemento que te colmarán
de fe en momentos de dificultad.
Algunas en las que podrás apoyarte al 100 por ciento son:
Deuteronomio 31:6
«Esforzaos y cobrad
ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va
contigo; no te dejará, ni te desamparará».
Filipenses 1:6
«Estando persuadido
de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta
el día de Jesucristo».
Mateo 28:20
«… he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».
1 Pedro 5:10
«Más el Dios de
toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis
padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y
establezca».
1 Corintios 10:13
«No os ha
sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar».
Lucas 22:31-32
«Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí
Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti,
que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos».
Hebreos 4:14-16
«Por tanto,
teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios,
retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro».
Salmos 55:22
«Echa sobre Jehová
tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo».
Salmos 46:1-3
«Dios es nuestro
amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por
tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los
montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas,
y tiemblen los montes a causa de su braveza».
Efesios 6:10
«Por lo demás,
hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza».
Puntos en común de estas 10 escrituras bíblicas:
-Deposita tus cargas en Dios.
-Después de la prueba llega la bendición.
-De la prueba siempre saldrás perfeccionado.
-Jamás estarás solo en momentos de tribulación aunque así
te sientas.
-Ten buen ánimo porque no durará por siempre.
En pocas palabras, fue lo que aprendí en mi proceso de
cambio de actitud. Sí, muchas veces me sentí sola, pero no lo estuve. Salí
de esas pruebas siendo una mejor persona en muchos aspectos, tanto para mi
beneficio como para el de quienes me querían. Y por último, pero no menos
relevante: me hice consciente de que era receptora de miles de
bendiciones a diario y que era mí deber ser agradecida por esos beneficios que
en su momento no merecí.
Si estás leyendo este artículo es porque pasaste o estás
pasando por una situación difícil. Yo desde mi propia experiencia puedo decirte
que las pruebas no duran para siempre. Yo cambié mi actitud, me hice más fuerte
gracias a ello y a la fe; si yo pude, ¡tú puedes!
Te deseo siempre lo mejor, y mucho ánimo.
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