Consultando con
Basadre, en su análisis de los hechos que históricamente marcaron los sucesos
llamados ahora “Proclamación de la Independencia del Perú”, nos encontramos que
nuestro país estaba considerado, en el siglo 19, como el centro clave desde
donde el Imperio Español sostenía el aparato político militar que le permitía
mantener su dominio en Sudamérica.
Por esa razón,
se formó un gran ejército y las fuerzas militares que combatieron por la
Independencia eran las llamadas Ejército Unido de los Andes dirigido por
comandantes conocidos como: José de San Martín, Simón Bolívar, Bernardo de
Monteagudo y otros destacados extranjeros, quienes una vez acosadas las fuerzas
realistas y empujadas hacia el sur, procedieron a realizar ceremonias de
proclamación de independencia que ahora se recuerdan como hitos de la
liberación peruana del poderío español.
Peruanos hubo,
por supuesto, entre la muchedumbre de soldados sin embargo no podemos
certificar que los jefes fueron parte de nuestra sociedad local, sino que
realmente el poder pasó de manos hispanas a otras manos que terminaron
generando la nueva casta interna y que hasta hoy tiene a su descendencia
empoderada en los círculos económicos y sociales de nuestro país.
He aquí que
procede la preocupación, ¿qué estamos celebrando? ¿Es acaso el ceremonial que
organizaron unos cuantos criollos que estaban cansados de pagar impuestos a los
enviados desde el reino de España y que subían cada vez en mayor cantidad? ¿O
era la libertad verdadera de los pobres, de las mujeres, de los esclavos, de
los jóvenes peruanos quienes así podían aspirar los reales vientos democráticos
de esta liberación?
Talvez estas
cosas expliquen por qué razón, como “nación” vamos de tumbo en tumbo, buscando
ya no quién nos libere sino preocupados de qué cosa podemos hacer con esta
“libertad” y hasta llegamos al extremo de refugiarnos en otro imperio, con tal
de que, desde ese nuevo imperio nos lleguen viajes, dinero a manos llenas y
conveniencias personales sin que importe que los nuevos emperadores se lleven
poco a poco lo que nos queda de país.
Vemos con
preocupación una nota publicada en un semanario limeño que denuncia la
presencia de más de 670 buques de procedencia china que viven estacionados en
el límite del mar peruano de 200 millas y nunca han aceptado el control
nacional que verifique si hacen ingreso a nuestras aguas para sustraer todas
las especies marinas que puedan sin importar tallas, pesos ni especie…la cosa
es que las capturan, procesan y las llevan a su país.
Acá nadie
controla ni pretende hacer eso; por el contrario, esas actitudes explican cuál
es la justificación para tanto viajecito de nuestros representantes al Asia,
con los gastos pagados por los poderosos empresarios afincados en China pero
que ya realmente son dueños del planeta y les falta seguir recogiendo y
llevando los que nos quedaba por acá.
Libres no somos
ya. Seamos serios. No hay fuerza que se oponga al arreglo firmado en idioma
extranjero y que ninguno de los que viajan por allá comprenden. Ellos y ellas
“firman nomás”. Dentro de poco conoceremos con dolor cuánto de independientes
serán nuestros hijos y nietos; entregados de manos de un imperio a otro
imperio, todo vale cuando ciertos traidores a la patria solamente buscan su
oportunidad.
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