2026: DESAFÍOS DEL APRA | POR: JAVIER VELÁSQUEZ - EXPREMIER.


Después de diez años, por circunstancias ya conocidas, el aprismo se apresta a participar en el próximo proceso electoral el año 2026.Eleeciones generales que son vitales para reconducir los destinos del país a propósitos mejores; luego que, a partir del año 2011, desde Humala, PPK, y Castillo, gobiernos incompetentes, frívolos e inescrupulosos que han destruido todo el avance en mejoras sociales, económicas y políticas, que con esfuerzos lograron los peruanos durante de más de 20 años. Como diríamos Francis Fukuyama (2023), asistimos a una “recesión democrática” en la que los indicadores sobre derechos y libertades se están resintiendo en los últimos años.

Los peruanos tienen la percepción que el sistema democrático se ha mostrado impotente para enfrentar los graves problemas generados por la creciente desigualdad y el crimen organizado, que corroe las bases de legitimidad del sistema. La grave crisis de representación política, que se expresa en gobernantes que no han sido elegidos por el voto popular (Vizcarra, Dina Boluarte), por un congreso mayoritariamente convertido en un conjunto de partidos que en la práctica son el partido del gobierno-gobiernan los que perdieron las elecciones -renunciando a sus esencias institucionales y constitucionales: hacer control político y fiscalizar.

Urge restablecer a plenitud, la legitimidad social de quienes nos representan políticamente; la solución habría podido ser, adelantar elecciones, pero con un Congreso mayoritariamente prebendario, y distraído en capturar los presupuestos públicos, es una utopía evidente que, el sistema político peruano ha estado en horas bajas en los últimos años, agudizado por el vértigo de “supuestos” partidos políticos que pretenden tener una representación.

La verdad que los 43 partidos políticos que están en el partidor electoral no son el reclamo de un pueblo que busca ser mejor representado, lamentablemente se trata, en muchos casos, de membresías que se venden o alquilan para que muchos “tránsfugas” de la política obtengan un puesto público, o llegar a función pública para hacer negocios.

En este panorama político desolador, que pone al borde del descredito total la democracia, el aprismo tiene como primer desafío, legitimar la representación de sus dirigentes y para ello, se impone inaplazablemente, la convocatoria a un Congreso Nacional, que renueve la totalidad de sus dirigentes de todo el país.

Además, este urgente emprendimiento tiene que expresar la verdadera renovación intergeneracional que el pueblo aprista exige. Las actuales autoridades están fuera de mandato legal, y las maniobras burocráticas para seguir en los cargos, han ralentizado la movilización partidaria. El aprismo siempre ha sido una tormenta altamente respetada. Tengo la confianza que este proceso impulsara a nuestro partido al encuentro con el pueblo.

Por último, otro desafío no menos importante será ofrecer al país, la inmensa experiencia acumulada de nuestros hombres y mujeres de Estado, en un contexto de frivolidad, improvisación e incompetencia de los que gobernaron los últimos 15 años, han puesto en peligro todo los obtenido en los diversos espacios sociales, económicos y políticos. Aún más, si mostramos equipos cohesionados, comprometidos, para que los peruanos puedan lograr la prosperidad compartida, legítima aspiración de las nuevas generaciones.

Exhorto a mis compañeros a tener claro los desafíos que el futuro nos exige y recordar los George Santayana dijo: “Quienes no puedan recordar el pasado, están condenados a repetirlo”.

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