Es un axioma decir que EsSalud es una gran organización extremadamente desorganizada y que las autoridades, pomposamente llamadas gestores, poco o nada hacen para revertir esta situación, sea por incapacidad o por intereses protervos. La resultante es la misma dispendio de recursos y mala atención a los asegurados.
En mayo de 2024, cuando los trabajadores de EsSalud con justicia
presentaban demandas por mejores condiciones de trabajo para brindar mejor
atención a los asegurados, la presidenta ejecutiva de entonces señalaba que el
problema de EsSalud no era la falta de dinero para atender esa demanda, sino
las trabas burocráticas generadas por FONAFE. Esto no era otra cosa que un juego
de ping -pong tirandándose la pelota, para no cumplir sus compromisos.
EsSalud cuenta con un presupuesto anual de 16 mil millones de soles para
atender a 13 millones de asegurados. Mas de 4 mil millones de soles se gastan
en tercerización de servicios, alquileres de locales, alquileres de equipos que
a la larga cuestan mas si se adquirieran equipos propios, menos de 1 mil
millones de soles se destinan para mejorar infraestructura y equipos. Hay una
evidente inversión de prioridades de las gestiones orientada q enriquecer a
terceros y descapitalizar a EsSalud.
Este gasto desmedido tendría propósitos “non sanctos”. Ir a un
acelerado proceso de desgaste y desfinanciamiento de EsSalud, donde la ética y
moral de sus mas de 2 mil quinientos funcionarios no importa; muchos de ellos
con denuncias en el sistema judicial, otro incluso enfrentando denuncias contra
la propia institución y, aún así continúan de funcionarios.
Todo este desbarajuste solo es posible en un modelo de gestión bien
planificado de “desorganización organizada”. La estructura orgánica de
EsSalud es bastante vertical, con una telaraña de gerentes centrales, gerentes,
subgerentes y otros cargos de confianza con funciones que muy bien pueden ser
concentradas en menos gerencias y evitando la duplicidad.
Otro elemento de esta “desorganización organizada” es el excesivo
centralismo. Los gerentes de redes asistenciales con menos procesadores de
ordenes que emanan del nivel central, sin capacidad para adquirir un equipo que
tanto se necesita en los hospitales, sea para diagnostico o tratamiento.
La “desorganización organizada” es ex profeso; la telaraña organizacional y el centralismo dan lugar a procesos de atención y adquisiciones lentos o que nunca se cristalizan. No es gratuita después de ello aparecen muchos “pescadores” generando ganancias a rio revuelto para su beneficio personal. Mientras tanto, los pacientes se mueren esperando una consulta o un tratamiento que nunca llega.
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