* "Debería ser inconstitucional este tipo de renuncias, porque es una afrenta al derecho de sufragio de los electores que han sido sorprendidos, además es un atentado a la neutralidad que se exige y el evidente uso del cargo para beneficio personal".
El derecho para participar en un proceso electoral está
amparado en nuestra Constitución, porque todos tenemos la prerrogativa de
elegir y ser elegidos, es la premisa en cualquier sistema democrático. Pero hay
que diferenciar en los casos en que una autoridad tiene un compromiso y una
responsabilidad delegada por voto ciudadano, que no se puede defraudar y menos
traicionar esa confianza que uno recibe de la población cuando es electo para
un cargo público, porque evidentemente es una falta de respeto a los electores
que confiaron su voto en la autoridad electa, para que después por ambiciones
políticas deje el cargo y pretenda asumir otros cargos de elección.
Según el cronograma electoral, el día de ayer 13 de octubre
se vencía el plazo para que autoridades electas y altos funcionarios de Estado
renuncien a sus cargos y tienten un cargo público en las próximas elecciones
presidenciales y congresales. Las renuncias más mediáticas han sido la de César
Acuña al Gobierno Regional de La Libertad y la de López Aliaga a la
Municipalidad Metropolitana de Lima, las que han mostrado que a estos
personajes solo les interesan sus ambiciones personales, puesto que juraron asumir
el cargo de autoridad por un periodo de cuatro años y, a falta de más de un año
de gestión, deciden abandonar sus responsabilidades con la población que
depositó toda su confianza.
Es una burla al elector, yo diría hasta una estafa, aparte
de que ya prometen demasiado para llegar a ser elegidos, ahora que renuncien
buscando un cargo mayor nos muestra que solo estaban utilizando el cargo de
elección subnacional para que sea su trampolín a uno mayor, mostrándonos que no
tienen escrúpulos y que en el caso de estos dos personajes han estado
utilizando sus puestos para hacer proselitismo y campaña política. En realidad,
es un delito la malversación de fondos, al destinar estos a sus campañas
proselitistas, y en el caso de Acuña y López Aliaga ya fueron observados y
están abiertos procesos sancionatorios por infracción electoral.
Debería ser inconstitucional este tipo de renuncias, porque
es una afrenta al derecho de sufragio de los electores que han sido
sorprendidos, además es un atentado a la neutralidad que se exige y el evidente
uso del cargo para beneficio personal. Esta estafa debería ser sancionada por
los electores en las próximas elecciones, mostrando con sus votos el rechazo a
estos aventureros políticos.
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