Todos conocemos
ya que el Presidente de El Salvador, país centroamericano, se ha convertido en
modelo de liderazgo que todos siguen fielmente y muchos alrededor pretenden
imitar.
Y por todo lado
circulan en redes las historias de ese señor apellidado Bukele, quién, entre
sus presuntas ideas, habría expresado que, cuando en un país no se puede vencer
a la corrupción es porque esta lacra social ya ha tomado las riendas en esa
comunidad nacional.
Bien, una
demostración de eso la estamos viviendo en nuestro Perú.
El señor Jeri
también ha caído en el juego a ser Bukele y comenzó por conocer algunos penales
en visitas muy publicitadas, es decir, salir en expedición urbana allí donde se
focaliza la noticia; proponer Estado de Emergencia y anunciar que el Estado
peruano cambia su estrategia frente a la violencia, pasando de la defensa
tímida a la ofensiva agresiva.
También rescata
cachorros abandonados, acaricia personas vulnerables, ofrece resolver todos sus
problemas y va, en espiral de ilusiones, que Dios quiera pueda el señor Jeri
convertir en realidad. Todos queremos eso.
Y ha comenzado
por los penales. Y aquí cae como una voz de fondo amplificada el discurso de
Bukele: la corrupción en los penales no se cura con frotaciones.
Lo que necesita
es alta cirugía y extracción inmediata. Nadie puede negar que en el Perú el
carcelero está unido fuertemente al encarcelado. Y ambos viven de eso por
décadas además de saberse que el negocio sucio asciende en pirámide hasta los
altos mandos, asi que los efectos del huracán Jeri durarán apenas un ratito,
hasta que le pase la locura.
Es necesario
tomar decisiones realistas. No hay penales y el dinero que se gasta en ellos
pasa a bolsillos de altos funcionarios. Es decir se devenga, ejecuta, paga y se
desperdicia porque no tiene ningún impacto.
Igual es la
persecución al delincuente. Hace décadas el ciudadano perdió confianza en los
agentes del orden y la ley.
O talvez Jeri,
como estaba muy ocupado siguiendo rincones de videos triple XXX y bailando,
nunca se enteró que en ese sistema, desde la captura, siguiendo a la acusación
y el juzgamiento, reina la coima, la colusión, el compadrazgo, el poder oscuro
de las logias y todas las componendas imaginables. La pregunta es ¿qué haría el
verdadero Bukele si le encargaran al Perú?
Por eso, no es
por ser “aguafiestas” ni cerrar el paso a lo que se tiene que hacer y que es
muy importante. Algo de buena propuesta hay en el mensaje llamado Voto de
Confianza expuesto por el nuevo Gabinete ante el Congreso.
Es urgente
revisar las ultimas leyes dictadas en los últimos años por ese desencadenado
“garantismo” que se ha puesto de moda en nuestro país, copiando y pegando leyes
que no sirven para nosotros porque, con el cuento de proteger los derechos de
todos se termina garantizando únicamente los abusos que cometen los corruptos,
los que trafican con nuestra existencia desde el día a día y que han encontrado
el modo de extorsionarnos para pagar a sus defensores procesales y políticos.
Todo ese
sistema corrupto no se agota en los millonarios. Ahora el sistema se dedica al
vendedor de rosquitas de la esquina también. Y a ti mismo, aprendiz de
millonario. Para estrangularte.
Y señor Jeri,
si quiere ser un líder como el salvadoreño ¡hágase una pues! Deje sin efecto la
Resolución Ministerial que designó a la abogada que fue filmada bailando muy
movido con usted en los tiempos de pandemia y que esta semana ha pasado a ser
Asesora de Alta Dirección en la Presidencia del Consejo de Ministros.
Supongo que
debe ser muy profesional y capaz, pero no la exponga por favor, con esa
prepotencia de quien hace lo que le da la gana con los dineros que son de todos
los peruanos.
Usted pasó del
Congreso a la Presidencia, pero nadie le autorizo a traerse todas las malas
prácticas del edificio donde estuvo y llevárselas al otro edificio.
Si quiere jugar
a Bukele, juegue también a Cesar, porque no basta ser honrado, también debe
parecerlo.

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