"Las prioridades de nuestro gobierno actual deben ser garantizar elecciones limpias, recuperar la tranquilidad y seguridad pública, eliminar todo lo que se pueda de corrupción y sentar las bases para la recuperación…”.
Hace 15 años enfrentamos un nuevo periodo electoral de un
gobierno que terminaba con un ciclo de crecimiento importante y reducción de la
pobreza pocas veces vista, gracias a un manejo responsable de la economía y una
coyuntura internacional favorable.
El gobierno que posteriormente llegó al poder, en 2011,
ganó con un discurso de agua sí y minería no, cuando de tiempos ancestrales el
agro y la minería habían convivido entre sí e hicieron del Imperio incaico una
potencia mundial.
Sin embargo, era obvio que la minería y el agro ya no eran
los mismos en sus características principales. Ambos habían evolucionado
mejorando su productividad; el agro gracias a la genética y la inversión minera
con un manejo ambiental de estándares internacionales.
Don Alberto Benavides, uno de los impulsores de la minería
moderna, sostenía que la minería era una de las pocas actividades que daban
trabajo a más de 3,500 metros de altura y que, además, no generaba conflicto
con el uso del agua, siempre y cuando hubiera un manejo respetuoso con el agro.
Lamentablemente, entre los años 2011 y 2016 tuvimos un
gobierno que tuvo un crecimiento de la burocracia que trajo como consecuencia
generar un exceso de trámites para justificar su existencia y le bajó la
velocidad de crecimiento a nuestro país.
En 2016 se presentó una nueva oportunidad para recuperar el
tiempo perdido, en la que dos fuerzas políticas muy parecidas en ideas se
encontraron. Ambas, lamentablemente, subordinaron el interés del Perú al del
poder y sus egos.
La consecuencia fue que los más perjudicados fuimos los
peruanos. Seguramente, algún estratega internacional en campañas electorales
les dijo que era bueno polarizar. Si el partido perdedor hubiera sabido esperar
haciendo una oposición constructiva y el ganador no cayera en la trampa de la
frivolidad, nuestra historia en 2021 hubiera sido otra.
Lo sucedido en 2021 no es más que la consecuencia de los
años anteriores, donde terminamos con tres presidentes en el último quinquenio
y ahora también habremos tenido tres presidentes.
La coyuntura internacional que se nos presenta en el plano
económico es mejor que la de principios de este siglo y debe ser aprovechada
para recuperar la senda del crecimiento con mejor justicia, seguridad,
educación y salud.
Las prioridades de nuestro gobierno actual deben ser
garantizar elecciones limpias, recuperar la tranquilidad y seguridad pública,
eliminar todo lo que se pueda de corrupción y sentar las bases para la
recuperación de nuestro crecimiento con reducción de la pobreza.
Es decir, tiene la obligación de tomar las medidas
correctas para llevarnos a buen puerto, sentando las bases donde todos y
aquellos peruanos que se fueron por no encontrar futuro puedan ejercer su
derecho al voto y recuperar la esperanza de un futuro para las nuevas
generaciones.
Ojalá no pateemos tres veces la misma piedra.

Publicar un comentario