En el mundo nutricional, el
sentido común sugiere que entre más a menudo comas, más probabilidad tendrás de
quemar esas calorías y de controlar los ataques de hambre. Por eso, la idea de
comer seis o más minicomidas cada día, con la cantidad justa para darle
combustible a tu cuerpo y sostenerte hasta que vuelvas a ingerir alimentos,
suele ser recomendada como la dieta más amigable, antes que ingerir solo tres
comidas al día, pero grandes.
Pero la ciencia evoluciona y la
respuesta a si debemos comer muchas minicomidas o tres comidas grandes ya no es
tan simple.
“Hace años, todos creíamos que
necesitábamos comer muchas veces por día para mantener vivo el metabolismo.
Debes alimentar el fuego constantemente y mantener la estufa caliente. Pero esa
teoría va de un lado para otro y nuevas investigaciones están mostrando que tu
metabolismo no se vuelve más lento si no comes muchas veces al día”, explica
Martha McKittrick, nutricionista de Nueva York que por más de 20 años ha dado
consejos sobre cómo perder peso.
¿Y
entonces?
Muchos estudios
sugieren que comer con
más frecuencia puede ofrecer beneficios al disminuir el hambre y la ingesta de
alimentos en comidas posteriores. Una
investigación que involucró a cerca de 2.700 mujeres y hombres encontró que los que comieron pocas
calorías al menos seis veces por día, consumieron alimentos más saludables y
registraron un índice de masa corporal más bajo que aquellos que comieron
cuatro veces durante un periodo de 24 horas.
Los estudios también han mostrado que incrementar la frecuencia con la
que se come tiene efectos positivos en los niveles de colesterol e insulina.
Pero mientras comer en pocas
cantidades y muchas veces puede combatir los grandes altibajos en el nivel de
azúcar en la sangre, disminuir el hambre y prevenir el consumo impulsivo de
refrigerios durante el día, otras investigaciones sugieren que comer con más frecuencia puede no
ser tan bueno.
Y a pesar de la noción de que
comer con mayor frecuencia suele significar que quemas más calorías, gracias a
la energía que se usa en digerir, absorber y metabolizar los nutrientes de la
comida, los estudios
afirman que al parecer hacerlo no mejora de manera significativa el metabolismo o el total de calorías que se queman.
“Se pensaba que si comes más
frecuentemente, disminuye la cantidad de calorías que retienes y puedes quemar
más calorías. Pero experimentos controlados en humanos muestran que no hay
ninguna ventaja metabólica en comer 12 pequeñas comidas versus comer tres o
cuatro comidas grandes por día, si suman el mismo total de calorías”, asegura
David Levitsky, profesor de nutrición y psicología en la Universidad de
Cornell.
De hecho, hay investigaciones que
afirman que comer incluso menos de tres comidas por día podría ser mejor en
términos del control de calorías que se ingieren. En una de ellas, cuando los
individuos se saltaron el desayuno, consumieron cerca de 400 calorías
menos durante el día, comparado con las que consumen cuando desayunan.
“Si disminuyes el número de veces
en que comes, tu ingesta total de calorías disminuye”, dice Levitsky, autor del
estudio. “La gente cree que si se salta el desayuno, luego comerá más... y eso
no sucede. Tu ingesta aumenta, pero no tanto como para igualar las calorías que
dejaste de comer” en el desayuno.
Un
patrón de comida para cada cuerpo
Entonces, ¿deberías seguir una
dieta de seis o más minicomidas, espaciadas por pocas horas? No necesariamente.
El tiempo ideal que debes dejar entre comida y comida depende de varios
factores que son únicos para cada persona.
“Algunas personas son picadoras
por naturaleza, así que comer seis veces al día puede estar más acorde con sus
inclinaciones naturales. Otros comen por reloj, a las 7 de la mañana, a las 12
del día y a las 6 de la tarde, por ejemplo. Lo importante es planificar el
tiempo de las comidas. Si la gente tiene un buen plan de comida, seguramente se
alimentará bien”, dice Carla Wolper, dietista y consultora en nutrición del
programa de evaluación de Columbia
Doctors Executive Health, quien ha pasado los últimos 25 años en la
facultad de nutrición del Centro de Investigación en Obesidad y Nutrición de la
ciudad de Nueva York.
“Algunas personas no tienen
apetitos grandes. Si tienen un sándwich de 600 calorías, tal vez coman la mitad
a mediodía y la otra a las 3 de la tarde. Comer comidas grandes puede
cansarlos, así que para ellos es mejor comer poco y más frecuentemente”, dice
McKittrick.
Para una nueva mamá, por ejemplo,
comer tres veces al día puede ser especialmente desafiante.
Y hay que tener en cuenta que la
salud de las personas también determina el que debe ser el mejor estilo de su
dieta. Por ejemplo, los que tienen diabetes o hipoglicemia (bajos niveles de
azúcar en la sangre) pueden sentirse débiles, cansados y temblorosos si pasan
mucho tiempo sin comer, así que comer seis pequeñas comidas suele ser lo mejor
para ellos.
Lo mismo sucede con quienes
sufren de gastroparesis o con las personas mayores.
Pero comer más frecuentemente
puede no ser buena idea para aquellos que tienen problemas con el control de
las porciones o para los que al ver una comida específica deben comérsela, lo
que los lleva a ganar peso.
Y el entorno también juega un
papel importantes. Si en tu oficina tienen una cocina llena de pasabocas que
puedes tomar libremente, es muy fácil ir y agarrar un paquete de papas o de
galletas, en lugar de planear comidas saludables y llevarlas. Por otro lado,
trabajar en casa, con acceso constante a la cocina, también implica desafíos de
ese tipo.
Y están quienes simplemente no
quieren tener que pensar todo el día en cocinar algo.
La conclusión es que cualquiera
de esos estilos de alimentación pueden ofrecerte buena salud y beneficios como
pérdida de peso. Pero lo que importa es lo que funciona para ti.
Fuente: CNN
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