La estrategia de ataque es similar en cada uno de los casos, pero las
formas de defensa son muy diferentes.
Mientras hay quienes aseguran su inocencia pero son hallados culpables,
como el argentino Lionel Messi, hay otros que asumen su responsabilidad y logran
pactar un acuerdo para cerrar el caso.
El más reciente de estos últimos fue el argentino Ángel di María, quien
aceptó pagar €2 millones (US$2.232.586) a Hacienda Pública tras asumir un doble
delito fiscal en relación con sus derechos de imagen.
Estos son sólo tres de los nombres que se encuentran en la larga lista de
figuras que fueron o están siendo investigadas por la fiscalía en España
acusadas de aprovechar estructuras societarias para evadir impuestos en
relación a sus derechos de imagen.
El colombiano Radamel Falcao, el chileno Alexis Sánchez, el brasileño
Neymar y los portugueses Cristiano Ronaldo, Pepe y Ricardo Carvalho son otros
de los futbolistas mencionados en la lista, a la que se sumó esta semana el
técnico lusitano José Mourinho.
¿Pero por qué de repente hay tantas estrellas en problemas por fraude
fiscal?
Cuestión de interpretación
Un responsable indirecto es el inglés David Beckham, no por su figura como
futbolista, sino por el decreto que fue bautizado popularmente en su honor
cuando llegó al Real Madrid en 2003.
La llamada ley Beckham surgió con el objetivo de estimular la economía y
atraer a España talento de directivos y profesionales altamente cualificados,
entre ellos los principales futbolistas del mercado.
Sin
embargo, en 2010 se limitó su aplicación a retribuciones que no superaran los
€600.000 (unos US$670.000) lo que dejó por fuera a los futbolistas del
atractivo decreto con el cual quedaban exentos de pagar cuantiosas sumas debido
a lo elevado de sus ganancias.
Eso
dio pie al uso de complejos y sofisticados
manejos financieros para tratar de cumplir
con sus obligaciones fiscales, pero al mismo tiempo garantizar los mayores
beneficios a los multimillonarios contratos que firmaban para la explotación
comercial de sus imágenes.
Fue cuando
la Hacienda Pública en España inició su ofensiva por lo que consideraba
prácticas abusivas, basado en un cambio de interpretación sobre las sociedades
que gestionan los derechos de imagen de los deportistas y del pago de comisión
que algunos clubes hacen a los agentes cuando se acuerdan traspasos o en la
renovación de contratos.
"En
los últimos años la agencia tributaria ha intensificado su control sobre los
futbolistas y sus compañías, comprobando si son meramente fachadas comerciales
patrimoniales o si en verdad son económicamente activas".
¿Prisión?
Si bien
cada caso en individual, el patrón de las operaciones se repite en la mayoría
de ellos: se acusa al jugador de evadir impuestos al vender sus derechos de
imagen a compañías ubicadas en paraísos fiscales.
Los
abogados de los jugadores insisten que nunca ha habido intención de defraudar y
es allí donde se abre un proceso judicial para determinar la voluntariedad en
cada una de las denuncias emitidas por la fiscalía.
En el caso de Ronaldo, su equipo legal
insiste en su inocencia y que lo único que se puede cuestionar es una
diferencia en interpretación en cuánto al monto declarado, pero que "no
hay un plan de evasión de impuestos... Nunca
se ha escondido nada ni ha habido intención de hacerlo", aseguran.
Argumentan que el futbolista ya ha pagado a Hacienda Pública el 20% del
total de sus derechos de imagen pese a que más del 90% de estas ganancias se
generan por fuera de España al tratarse de una figura con una importante
proyección mundial.
"La agencia tributaria considera que si a él le pagan por usar ciertos
zapatos, camisas o gorras en España no puede decir que ese dinero fue generado
en el exterior", explicó Cruzado.
En ese
hipotético escenario el futbolista tiene varias opciones, desde ser absuelto o
pactar como Mascherano y Di María, hasta correr el riesgo de ser hallado
culpable como Messi.
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