Trump, que esta semana amenazó en su debut en la ONU con
"destruir totalmente a Corea del Norte", firmó un decreto que permite
sancionar a "individuos y empresas que financien y faciliten el comercio
con Corea del Norte", lo que puede resultar en un ajuste dramático del
cerco económico en torno a Pyongyang.
También informó que el Banco Central de China ordenó a sus
filiales que limiten el comercio con Corea del Norte, una decisión que
describió como "audaz" e "inesperada".
La medida no fue confirmada inmediatamente por Pekín pero
podría cortar una fuente vital de divisas extranjeras al régimen de Pyongyang.
Trump se reunió este jueves con el presidente de Corea del
Sur, Moon Jae-in, y debe reunirse también con el primer ministro de Japón,
Shinzo Abe.
Antes de encontrarse con el jefe de la Casa Blanca, Moon
llamó en su discurso en la ONU a reducir las tensiones generadas por las
crecientes pruebas nucleares y misilísticas de Pyongyang, y alertó sobre el
riesgo de una guerra accidental.
"No deseamos el colapso de Corea del Norte", dijo
Moon. "La cuestión nuclear en Corea del Norte debe ser administrada de
forma estable para que las tensiones no se intensifiquen o choques militares
accidentales no destruyan la paz", afirmó.
Nunca antes la amenaza norcoreana había pesado tanto sobre la
cita anual de líderes mundiales, que aunque están divididos sobre cómo enfrentar
al aislado régimen de Kim Jong-un, en agosto y septiembre lograron adoptar por
unanimidad nuevas sanciones contra Corea del Norte.
El canciller chino, Wang Yi, y su homólogo ruso, Serguei
Lavrov, que hablarán ante la asamblea el jueves, han hecho llamados al diálogo
y advertido que una opción militar sería catastrófica.
En su discurso el miércoles, el primer ministro japonés
respaldó la dura posición de Estados Unidos, que repite que "todas las
opciones están sobre la mesa" para disuadir a Kim.
"La gravedad de la amenaza no tiene precedentes" y
se convirtió en un "asunto urgente" de tratar, afirmó Abe, cuyo país
recientemente fue sobrevolado dos veces por misiles de Corea del Norte.
Pyongyang también realizó una prueba nuclear de una potencia sin igual en su
territorio.
"Lo que se necesita (...) no es diálogo, sino
presión", añadió.
El Norte y el Sur de la península coreana trabaron una feroz
guerra entre 1950 y 1953 que nunca tuvo un fin formal, sino un endeble cese del
fuego en vigor hasta la actualidad.
"Esta guerra tiene que terminar de forma definitiva. La
guerra de Corea, una guerra que comenzó como un resultado de la Guerra Fría,
continúa hasta el día de hoy", dijo Moon.
Amenazas militares como táctica
En el Consejo de Seguridad, que se reunirá este jueves para
debatir la no proliferación, el secretario estadounidense de Estado, Rex
Tillerson, defenderá asimismo una implementación completa de las sanciones
internacionales adoptadas contra Pyongyang.
Una octava batería de sanciones que prohíbe las exportaciones
textiles y reduce los suministros de petróleo a Corea del Norte fue adoptada el
12 de septiembre.
Washington y sus aliados esperan que todas las sanciones
obliguen a Pyongyang a negociar el fin de sus programas militares, pero su
impacto dependerá de China, aliado de Corea del Norte y su principal socio
económico.
Washington se ha negado a ofrecer incentivos a Corea del
Norte para abrir las negociaciones, y ha aumentado las amenazas contra Kim, a
quien Trump llama "hombre cohete".
Mientras, Moscú y Pekín propusieron una doble moratoria sobre
las pruebas norcoreanas y sobre los ejercicios militares de Estados Unidos y
Corea del Sur.
Comentando las encendidas declaraciones de Trump, el
presidente francés Emmanuel Macron admitió que "las amenazas militares
pueden servir desde un punto de vista táctico" para hacer cambiar de curso
a Pyongyang.
Al dar la apertura a la asamblea de la ONU, el secretario general
Antonio Guterres advirtió que "la retórica agresiva puede conducir a
malentendidos fatales", que podrían encender una guerra nuclear.
Guterres debe reunirse el sábado con el canciller norcoreano
Ri Yong-Ho al margen de la asamblea para tantear la posibilidad de una
negociación.
Ri, que subirá al estrado de la asamblea general el viernes,
equiparó las amenazas de Trump de destruir su país a "un ladrido de
perro" y vaticinó que no tendrán impacto.


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