Expertos creen que el papa Francisco aprobará la medida
para zonas remotas de la Amazonía.
El escándalo mediático de la última semana ha sido el
protagonizado por el libro del cardenal conservador Robert Sarah, en el cual,
con la contribución de Benedicto XVI, se defiende el celibato sacerdotal. Para
muchos la publicación es una “presión” y “un ataque” al papa Francisco, que
llega justo cuando el pontífice evalúa cambiar las reglas de la Iglesia
católica para los sacerdotes, a fin de permitir la ordenación de hombres
casados en las zonas más alejadas de la Amazonía. Sarah, natural de Guinea, dirige uno de los
departamentos del Vaticano.
Aunque, para zanjar cualquier controversia Joseph Ratzinger
ya retiró su firma y su foto del libro, la polémica sobre el celibato
sacerdotal no ha terminado. Por el contrario, el libro ha avivado las
posiciones a favor y en contra. Pero ¿qué es el celibato y por qué es tan
importante para la Iglesia católica?
El cardenal alemán Walter Kasper, uno de los consejeros
teológicos del papa Francisco, ha explicado que el celibato es el voto que
obliga a los sacerdotes a permanecer castos. No es un dogma de fe, como la
Santísima Trinidad o la Resurrección de Cristo, sino un reglamento creado por
la Iglesia y por lo tanto “puede ser modificado”.
Edwin Vásquez Ghersi, doctor en Teología Moral y Bioética
del Boston College y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad Antonio Ruiz de Montoya, explicó a Perú21 que esta norma está
vigente desde el siglo II, pues en los primeros años de la Iglesia católica,
casi todos los discípulos eran hombres casados y con familia.
“En el siglo II, las reglas cambian y se establece que los
obispos debían ser solteros, mientras que para los sacerdotes ser célibes era
electivo. A finales del siglo XI, con la reforma gregoriana, el celibato ya no es
electivo sino obligatorio para todos”, mencionó Vásquez.
Diversos textos y especialistas discuten las razones del
cambio. Una de las teorías más aceptadas es la de John O’Malley, académico
estadounidense, historiador católico y sacerdote jesuita, que asegura que el
cambio llegó ante el deterioro de las buenas costumbres en el clero. Según el
autor, la iglesia buscaba volver al origen del evangelio y, por eso, se
establece que los sacerdotes deben seguir el ejemplo de Jesús y ser célibes,
como muestra de fidelidad a su mensaje.
Sin embargo, también hay versiones que dicen que la iglesia
adoptó el celibato para proteger sus bienes, pues así los sacerdotes casados no
debían compartir su herencia con sus esposas o sus hijos.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
La Biblia, texto base de la Iglesia católica, no habla de la
obligatoriedad del celibato ni para obispos ni para sacerdotes. Por el
contrario, en el capítulo 3 de la primera carta a Timoteo, se dice que “un
obispo debe ser marido de una sola mujer” y que debe gobernar bien su casa
“teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad”. Sobre los diáconos dice casi
lo mismo: “deberán ser hombres casados una sola vez”. Vásquez interpreta que,
aunque en ese tiempo no estaba establecida la jerarquía de los sacerdotes, se
entiende que la Biblia acepta que tanto quien dirige la Iglesia como quien
sirve a ella puede casarse y tener familia.
En la actualidad, hay varias iglesias que aceptan hombres
casados entre sus religiosos, como la Iglesia ortodoxa y la Iglesia
protestante, para cuyos curas el celibato es opcional. Además, el propio
Benedicto XVI aceptó a un numeroso grupo de sacerdotes casados de la Iglesia
anglicana de Inglaterra.
¿CURAS CASADOS?
El debate sobre la obligatoriedad del celibato surge ahora
por la propuesta del Sínodo de la Amazonía –realizado en octubre pasado– que
expuso la grave falta de sacerdotes en zonas remotas, donde llegan con suerte
los religiosos una vez cada dos años. Monseñor David Martínez de Aguirre,
obispo de Puerto Maldonado y quien fue secretario especial del Sínodo, explicó
que, ante esa necesidad, se han buscado respuestas creativas y en algunos
lugares se ha dado el ministerio a diáconos, personas casadas o varones
probados, que llevan años dirigiendo bien las comunidades, bautizan y presiden los
matrimonios, organizan las celebraciones de la Palabra y reparten la comunión.
El Sínodo pidió al papa Francisco la ordenación de estos
diáconos y de algunos hombres probos como curas en zonas remotas y en ese
sentido, Martínez recordó lo que un obispo decía en el cónclave: “mis diáconos
cumplen todos los requisitos que en la Carta a Timoteo se pide para los
obispos”.
Sin embargo, muchos se preguntan también, aprovechando este
debate y a raíz de los escándalos de pedofilia dentro de la Iglesia católica, si
la abolición general del celibato sacerdotal podría contribuir a evitar los
abusos sexuales.
Uno de los que desde hace tiempo se pronunció a favor es el
retirado obispo de Hamburgo, Hans-Jochen Jaschke, quien dijo que “la forma de
vida del celibato puede ser atractiva para personas que tienen una sexualidad
enfermiza”. No obstante, son más los religiosos que defienden que un sacerdote
está casado con Dios y, por lo mismo, no se distrae con preocupaciones
mundanas, como una esposa o una familia.
LA DECISIÓN DEL PAPA
En medio de esta polémica, Vásquez considera que el papa sí
aceptará la propuesta del Sínodo de la Amazonía, porque Bergoglio ha mostrado
gran interés en la situación de pobreza y marginalidad de las comunidades
nativas y porque, si no pensara hacer cambios, no hubiera aceptado el debate de
este tema.
“En el Sínodo de la Familia de 2016 el papa respetó la
decisión de la mayoría, por lo cual parecería lógico que esta vez hiciera lo
mismo, dijo Vásquez.
Los vaticanistas opinan en el mismo sentido y creen poco
probable que el papa quiera abolir totalmente el celibato sacerdotal, pues
recordaron que él mismo señaló hace un tiempo que “prefería morir antes que
abolir el celibato”. “Las excepciones a la regla se han hecho antes y Francisco
podría hacer también sus propias excepciones para casos particulares, sin que
ello signifique que cambie la disciplina de la Iglesia”, manifestó a Perú21
Jack Valero, cofundador de la organización Voces Católicas.
Desde el Vaticano, se señala que el papa ya tendría lista la
exhortación apostólica que aprueba en vía excepcional la ordenación de hombres
casados, pero reitera la vigencia del celibato obligatorio entre los
sacerdotes. Lo cierto es que Francisco tendrá la última palabra.
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