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Por Ing. Mg. Guillermo Pérez Sialer |
Pocos personajes de nuestra localidad me han generado el respeto que siento por el Amauta del Pueblo Guillermo Baca Aguinaga, porque pocos como él entregan lo mejor de su vida a coadyuvar con ideas y acción, con generosidad y autenticidad a la formación de nuevas generaciones del pueblo. Su mérito es mayor porque este propósito de cambio en la sociedad, se da por el medio más generoso y trascendental que es la educación.
Guillermo Baca Aguinaga nuestro paisano,
ejerció su vocación de Maestro en el Colegio Nacional de San José, del cual fue
alumno y discípulo del educador Alemán Karl Weiss Schreiber, en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, siendo también alumno y Presidente de la Federación
de Estudiantes del Perú y en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, donde
destacó como profesor fundador.
Representó al Pueblo como Diputado Nacional en
1963, siendo coautor de las leyes del Proyecto Tinajones, Corporación de
Desarrollo de Lambayeque, Centro Cívico de Chiclayo, Casa de la Juventud y de
la gratuidad de la enseñanza, entre otras. Como Alcalde Provincial de Chiclayo,
conmemoró con prestancia el Sesquicentenario de la ciudad, realizando obras de
urbanismo y servicios a los sectores populares a los que entregó títulos de
propiedad de sus viviendas. Era la época en que no había sueldo para el
Alcalde, se asumía este encargo por honor y Guillermo Baca hombre de
principios, no sólo fue enaltecido con la elección, sino que al cumplir con
probidad y honradez el cargo, también enalteció al Concejo Provincial de
Chiclayo.
En la Presidencia de la Corporación
Departamental de Desarrollo de Lambayeque dio impulso preferente a las obras de
infraestructura rural, beneficiando a los pueblos más apartados. En 1978 fue
elegido Constituyente, integrando la Comisión de Educación y en 1990 Senador de
la República. En el año 2006, frente a la situación difícil en cuanto a orden
que atravesaba Chiclayo, fue designado por el Presidente Alan García como
Prefecto de Lambayeque, no recibiendo pago alguno por sus servicios.
El Dr. Guillermo Baca Aguinaga ha sido
distinguido con numerosos reconocimientos y ostenta por su trayectoria personal
y fructífera obra social, la condecoración del Estado Peruano de la Orden del Sol
en el grado de Gran Cruz; la medalla del Congreso, las Palmas Magisteriales en
el grado de Amauta, medalla de la ciudad de Chiclayo, Ferreñafe y Lambayeque.
La Universidad de Chiclayo y la Universidad Lambayeque lo han distinguido como
Doctor Honoris Causa y profesor honorario respectivamente.
Militante del Partido Aprista Peruano desde
muy joven, luchó y sufrió prisión por sus ideales, enarbolando las banderas de
la justicia social y la reforma universitaria. Sé de la gran amistad que lo
unía a Armando Villanueva del Campo, a quien en cierta ocasión escuché decir
que estando presos en el Panóptico (antigua prisión de Lima, ubicada donde
ahora es el centro cívico, también se le llamaba la penitenciaría), llegó su
padre don Víctor Baca Burga a la sazón, dueño de la hacienda Paredones -
Chongoyape y le inquirió: “elige, tus ideas políticas o tu familia”, Guillermo
Baca, sin decir palabra alguna dio media vuelta y regresó a su celda. Había
decidido enfrentar las dificultades y la dureza de la lucha por la Justicia
social junto a Víctor Raúl Haya de la Torre, a las comodidades y privilegios
que le daba ser hijo de hacendado.
Guillermo Baca Aguinaga, hombre austero y
testarudo para el cumplimiento de la palabra empeñada, de la verdad y de la
honradez, eligió mantener siempre visible la grandeza de su pobreza a las
ostentaciones materiales y frivolidades que da el poder político. Leal al amor
que le tiene al pueblo de Chiclayo al que considera como su propia familia y al
que no abandona pues, jamás se limeñizó. Wagneriano y admirador de la
disciplina germana, aficionado a la buena música, al arte y a la poesía. Su
biblioteca y discoteca las ha donado a la Casa Comunal de la Juventud.
En el mes de Setiembre cumplirá 90 años de edad, ahora limitado de caminar por una artrosis que lo aqueja, sin embargo, esto no es óbice para verlo trasladarse diariamente en un motocar que ha adquirido con el dinero producto de la venta de su vehículo, de su vivienda del Barrio Magisterial a su magna obra la Casa Comunal de la Juventud, a continuar trabajando ad honorem por la comunidad. Siento orgullo ser amigo de este insigne Amauta del Pueblo y cuando veo a personas de distinta condición social, acercársele para saludarlo y mostrarle su respeto, llego a la convicción que no hay mejor recompensa para el esfuerzo y la tarea cumplida, que ser merecedor de la más alta y significativa condecoración que otorga el Pueblo a sus mejores hombres; cual es, su cariño y respeto.
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Guillermo Baca Aguinaga Y Guillermo Perez Sialer |
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