Por:
Elías Daniel Pinglo Risco – Gestión y Control Público
Al margen de lo sucedido el día miércoles en Lima y en
algunas ciudades del interior, el anunciado paro promovido por transportistas
realmente contó con la participación numerosa de comerciantes, universitarios,
maestros, trabajadores de construcción civil y cientos de espontáneos que, de
un momento a otro, colaboraron con apoyo logístico, como fue el caso de un
ciudadano quien, usando su automóvil, procedió a regalar botellas de agua a los
participantes.
Al realizar el balance de la movilización, uno de sus
dirigentes anunció algo que habrá preocupado fuertemente a la señora que actúa
de Presidenta; dijo que realizarán una nueva manifestación los próximos días de
noviembre y que coincide con la cumbre de los mandatarios del APEC, la Alianza
de países del Pacífico que lidera China y su enorme y asombroso poder que ahora
si se afianza con el dominio del océano que les faltaba y que conecta
directamente a los países del Asia con los de América Latina y –ojo- justamente
con dos de ellos que ya pertenecen al grupo conocido como BRICS.
Como también ustedes saben, el BRICS es la alianza de
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. A ellos se agregó en estos días
Venezuela remarcado con la asistencia del señor Maduro a un encuentro sucedido
en Rusia y que es otro señor a quien nadie puede ver por acá pero, tiene en su
poder reservas de petróleo que son más que suficientes para incorporarse al
exclusivo club y gozar de sus poderes.
Y en esos días de noviembre que son muy sensibles, se
anuncia la presencia del mandatario Chino Xi Jinping; otro señor que así nomás
no viaja a un encuentro de estos y que viene porque justamente en esas fechas
se inaugura oficialmente la operación del Puerto de Chancay, con lo cual los
BRICS ya tienen un puerto estratégico que aumentará sus ingresos, producto de
sus negocios y consiguen el dominio es más de un tercio del planeta.
China tampoco ha descuidado Africa y trata de incorporar a
países de ese continente para agregar el flujo de sus mercancías en esa gran
cadena de negocios que significa el curioso enlace de Chancay con Shangai.
Cosas del destino.
Es allí que nos ponemos a pensar en lo que sucederá si el
presidente chino y su corte de áulicos llegan a Perú y se encuentran que la
encargada de cuidar la zona del puerto no puede con ello y que todo el país
siente que no es representado por ella y su grupo.
También la misión china se dará cuenta de que varios
improvisados han viajado por cuenta de empresarios de allá, fingiendo un poder
que no tienen. Presentándose, igual que el ex animador de televisión que ahora
está preso, como si fueran poderosas figuras políticas que en realidad no
tienen capacidad de manejo ni de gestión en lo poco que les corresponde.
Bueno, en algunos casos no trataría de la primera estafa que
cometen ciertos personajillos que han hecho del engaño y la palabrería su forma
de subsistir. La incógnita es: ¿los poderosos empresarios chinos se han comido
ese caramelo?
Dudamos que la gran, enorme y gigantesca masa de dinero que
viajará desde Africa, Brasil , Chile, Bolivia y otros países más hacia la China
a través de Chancay, sea abandonada a su suerte en la mezcolanza que el Perú
del 2024 puede ofrecer al BRICs: informalidad, corrupción menuda y también
mayúscula, sicariato, crimen institucionalizado y una estructura de gobierno
que ya se derrumbó.
¿Les harán el cuento chino a los chinos? O ciertamente ¿existe el Gran Dragón? Los peruanos veremos cómo será nuestra vida en los próximos diez años, si los vivimos en libertad.
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