(HildebrandtEnSusTrece) La señora se fue con el cofre atravesando calles
controladas por la policía y llegó al Congreso del hampa, su casa matriz.
Estaba rodeada por sus ministros ineptos, por agentes de seguridad y por
policías disfrazados de sequito civil.
En el Congreso del hampa los balcones rebosaban de
familiares,
amigos, secuaces, facilitadores, lobistas y mañosos.
Todos tenían la consigna de aplaudir.
Y aplaudieron cada vez que la señora que vive en Palacio
mentaba una cifra enredada que apenas podía pronunciar, o hacia una comparación
que podía refutarse desde la estadística, o lanzaba un porcentaje arbitrario o
abiertamente inverosímil.
Mientras tanto, en la calle, había heridos por la
represión policial en contra de los manifestantes que querían llegar al Congreso.
Y algunos congresistas tuvieron el coraje de expresar su protesta en pleno
hemiciclo.
Solo 32 parlamentarios se quedaron a escuchar a la
señora y algunos de sus ministros dormitaron abiertamente.
Durante cuatro horas y algunos minutos la señora que
deshonra más que nadie la institución presidencial quiso abrumarnos con una
lista de realizaciones que, de ser ciertas, nos habrían situado en el camino
del desarrollo, en la perspectiva de haber derrotado la ola criminal que nos
tienen secuestrados, en la certeza que hemos superado la crisis económica que
ha destruido el empleo formal y ha acrecentado aún más la informalidad
criminal.
La señora miente con cifras que le alcanzan sus edecanes,
se atribuye obras que pertenecen a otras gestiones, oculta el crecimiento de la
pobreza y vuelve a mentir diciendo que estamos a las puertas de ser admitidos
en la OCDE. Su ignorancia no le permite ver que al admitir que el déficit
fiscal podrá llegar a un 2,8% del PBI lo que está anunciando es
que el Perú gracias a ella incumplirá sus metas fiscales por tercer año
consecutivo.
Su vocación de usurpadora no conoce límites. Se jacta de
tener una moneda fuerte y 87,000 millones de dólares en reservas, como
si eso se hubiese podido lograr sin la presencia felizmente decisiva de Julio
Velarde al mando del Banco Central de Reserva.
Lo que no dijo la señora Boluarte es que el Consejo
Fiscal se ha cansado de advertirle al país que el gasto excesivo producido
desde el Congreso del hampa está minando nuestra estabilidad y puede tener
efectos inflacionarios en el futuro inmediato.
Sin venir al caso, habla de sus padres muertos la señora
dice que ella no tiene rabo de paja. Lo que usted tiene, señora, es cola de
presidio porque cuando este episodio aciago termine y la justicia se haga cargo
de sus asuntos, Juan José Santivañez, que le armo la portátil, tendrá que
llevarle los tapers de emergencia que le llene Oscorima, su wayki favorito.
Ni una palabra decente sobre los asesinatos de diciembre
del 2022 y enero del 2023.Ni una sola palabra de arrepentimiento, de empatía
con las víctimas, de moderación, de conciliación. La señora se vanagloria de
haber matado para conservar el orden, con lo que les está haciendo más fácil la
tarea a los jueces que la juzgaran. Después de oírla, ya no cabe duda: ella
dicto las ordenes, ella mando matar, ella exigió que los manifestantes fueran
tratados como terroristas sediciosos.
*Usted mató, en efecto, para conservar el orden. La
pregunta es que: ¿Qué orden?
*¿El orden de un Congreso que decreta amnistías generales
para criminales con uniforme?
*¿El orden que sabotea la figura del allanamiento y
cambia la ley de extinción de dominio porque las mafias así lo exigieron?
*¿El orden de un Congreso que nombro a un pobre diablo
Defensor del Pueblo, a un conjunto de advenedizos chantajeables magistrados del
Tribunal Constitucional, a un grupo de fujiapristas miembros de la Junta
Nacional de Justicia?
*¿El orden que quiere devolver a Patricia Benavides,
alías Vane, a la Fiscalía de la Nación y quiere tumbarse lo que queda de digno
del Poder Judicial?
*Es orden la metástasis del hampa?
Ese será su orden, señora Boluarte. No es el orden del país.
Lo que quiere el país es menos anemia infantil y cero de robos en el manejo
de dinero público.
Y usted, aparte de subirse el sueldo y recibir joyas que
luego niega, es socia de ladrones de vieja data. Porque usted gobierna con el fujimorismo.
Y con la plata como cancha de Cesar Acuña.
No pretenda atarantarnos leyendo papeles que le
imprimieron en 97 páginas de aburrimiento. El país no esta en esos
papeles plagados de mentiras, promesas diferidas hasta el año 20240-año que
cito varias veces como referente-y contabilidades salidas de la cotidianidad
presupuestal-
El Perú, señora, está en la calle dominada por el crimen,
en los colegios que se caen, en los hospitales sin recursos, en las postas sin médicos,
en los 200 mil millones de dólares en déficit de la infraestructura, en los
privilegios para la agroexportación, en la creencia de que el modelo neoliberal
es la única salida.
Hace algunos días IPSOS hizo una encuesta sobre lo
que los peruanos pensaban de usted espontáneamente.
Los tres adjetivos mas recurrentes han sido: incapaz, Corrupta,
mala, le siguen pésima, desastre, inútil, ladrona, incompetente, negligente,
conchuda, indiferente.
No se sorprenda, señora Boluarte. La gente está indignada.
Y lo está más después del discurso que ha dado y que ha querido pintarnos un país
que no existe.
Usted tenia la oportunidad de hacerse una autocrítica, de reconocer sus errores y reconciliarse con la buena fe. Opto, sin embargo, por la sinvergüenzada de enumerar hazañas ficticias, cantar victorias imaginarias y decirnos tácitamente: de que tanto se quejan si miren el país que les estoy dejando. Políticamente señora, ha muerto usted en su ley: mintiendo como una bellaca.
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