El norte de Lambayeque vive una mejora gracias a iniciativas que combinan infraestructura, educación y salud con enfoque comunitario.
¿Qué define el desarrollo real
de una comunidad? Más allá de la infraestructura, el verdadero progreso se
construye sobre tres pilares: educación, salud y formar comunidad. Pero,
¿qué sucede cuando no es así?
Al norte de Lambayeque,
las comunidades cercanas a Olmos enfrentaban diversas
carencias. El rumbo de su desarrollo era aún incierto. No obstante, con el
trabajo conjunto de la comunidad y el respaldo de la concesionaria
H2Olmos, comenzaron a surgir cambios significativos.
Salud para un mejor bienestar
En esta zona, alejada del
centro del país, el acceso a la salud era limitado. La falta de personal médico
y la escasez de medicamentos, impedían una atención adecuada.
Respondiendo al llamado de la
comunidad —mediante los Centros de Información y Atención Comunitaria—, H2Olmos identificó
las problemáticas de las comunidades aledañas. Tal es el caso del Caserío
Las Norias, donde se desarrollaron programas como “Compartiendo
Sonrisas”, además de la prevención sanitaria escolar.
“A nosotros como centro de
salud nos ha apoyado en las jornadas médicas anuales. Nos ha brindado apoyo
médico, ya que solo contábamos con una obstetra, una licenciada de enfermería y
una técnica de enfermería. Es de mucha importancia para la población de Las
Norias y de sus anexos”, comenta Lorena Milla Chambillo, obstetra del
puesto de salud Las Norias.
Las acciones también llegaron
al Caserío Pomahuaca, donde, junto a la Dirección
Subregional de Salud de Jaén, se realizó una campaña de atención médica
integral e intercultural. Se brindaron consultas, se aplicaron vacunas y se
efectuaron chequeos médicos generales.
Educación para un mejor futuro
Un futuro sin educación no es
viable. Y promoverla, especialmente en zonas rurales, exige más que
infraestructura: requiere adecuar los espacios de recreación y actividades
extracurriculares.
En ese sentido, H2Olmos contribuyó
con la instalación de un módulo sanitario prefabricado y organizó charlas sobre
seguridad, salud y medio ambiente en los caseríos de La Juliana y El
Imperial, respectivamente.
“Nos están dando charlas
orientadas a Defensa Civil y simulacro de sismos. Aparte, nos donaron
materiales como pelotas para la clase de educación física”, añade Elizabeth
Bustamante Silva, profesora de primaria bilingüe del Caserío de Yerma.
Además, como parte del
compromiso con un futuro sostenible, CTO entregó sacos de
compost a los colegios de Huabal y San Antonio de
Tours de Pomahuaca. De esta manera, más de 200 escolares —entre primaria y
secundaria—, continuaron con el desarrollo de los biohuertos.
“La empresa también nos está
apoyando con un biohuerto en donde tuvimos la oportunidad de hacer un riego
tecnificado. Ellos nos han donado abono orgánico para que los estudiantes sigan
con su proyecto”, sustenta Segundo Acha Jiménez, director del Caserío
de Huabal.
También se mejoró la
infraestructura recreativa: en el caserío de Yerma se
realizaron trabajos de explanación y nivelación del campo deportivo,
beneficiando a más de 30 estudiantes del Pronoei y 250 pobladores de la zona.
Olmos, ejemplo de formar
comunidad
Todas estas acciones tienen un
propósito común: construir un mejor futuro para la comunidad. Para lograrlo,
también son necesarias medidas complementarias como la electrificación y la
capacitación en gestión de riesgos.
“Hemos vivido sin luz
permanente desde el 2006 hasta el momento. Desde que nos apoyaron, esto ayudó a
los niños a hacer sus tareas. Para nosotros ha sido una gran
emoción”, expresa Emiliano Cuzque García, teniente gobernador de Huabal.
Por si fuera poco, las
acciones en pro de la comunidad no terminan ahí. En el Caserío La
Juliana, se capacitó a toda la comunidad para elaborar su mapa de riesgos y
la ficha técnica con el padrón actualizado de pobladores.
Son estos esfuerzos conjuntos los que hacen una gran diferencia para el bienestar de la comunidad de Olmos y —en general—, para Lambayeque. “Con estos apoyos, están mejorando nuestra calidad de vida para nosotros y nuestros hijos que serán el futuro”, finaliza Odemar López Santos, ex autoridad de Caserío de Huabal.
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